"Preocupa la poca voluntad de riesgo de los inversores"
La búsqueda de seguridad y liquidez, ante todo, está dejando rezagado al sector español de inversión colectiva
La industria de fondos ha superado el temporal de una crisis en la que ha visto cómo el volumen de activos bajo gestión descendía casi un 40%. El problema ahora es que los inversores españoles demuestran muy poco interés por asumir riesgos, no quieren renta variable y prefieren productos de liquidez absoluta. Esta situación está frenando el despegue de la industria, que se está quedando atrás de su pares europeos. Así lo ve el presidente de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva, Mariano Rabadán.
¿Qué es lo que más preocupa a la industria de inversión colectiva en estos momentos?
Para los fondos, lo más importante es consolidar la imagen que tradicionalmente han tenido de ser el mejor producto financiero, el que reúne las mejores condiciones de seguridad, rentabilidad, liquidez, gestión profesional Esta crisis es la más fuerte que ha habido en 70 años, desde 1929. Está notándose mucho en la inversión colectiva y nosotros lo estamos notando más que nuestros colegas de fuera de España. Entre otras cosas, porque tenemos una estructura de inversión muy distinta a la de nuestros colegas. El partícipe español es muy conservador. En general, el ahorrador es conservador y el que invierte en fondos es más conservador todavía. Tenemos una estructura del sector de inversión colectiva muy concentrada en activos líquidos y a muy corto plazo.
"La inversión de los fondos en renta variable es en promedio de sólo el 10%"
Es decir, seguridad ante todo...
Eso es, seguridad ante todo. Frente a una media del 50% que los fondos de inversión tienen a nivel mundial los fondos de inversión en renta variable, en España no llegamos al 10% en este momento. El sector lleva más de un año con volumen de activos consolidado alrededor de los 160.000 millones de euros, pero no arrancamos. Habíamos empezado bien el año, pero han venido las campañas de las entidades financieras y nos hemos quedado con unos crecimientos muy modestos que no guardan proporción con los que tienen nuestros colegas. En Europa, en EE UU y no digamos en Asia, la industria de inversión colectiva sigue creciendo de una manera significativa. Hay poca vocación de riesgos de los inversores y eso preocupa. Estamos en una situación que no nos permite crecer. Esta es nuestra mayor preocupación en este momento.
¿Y qué posibilidades hay de que eso cambie?
Estas campañas que las entidades financieras están desarrollando tienen un comienzo, pero también un momento final. Nosotros confiamos en que se vaya a moderar en los próximos meses y simultáneamente con ello se produzca un eventual desplazamiento progresivo de los inversores hacia la renta variable. Nosotros hemos llegado a tener hasta el 20% de renta variable en los fondos de inversión y del 30% en los fondos de pensiones. Y esas cifras están ahora a la mitad. No tiene mucha lógica que cuando las economías se están consolidando, los beneficios empresariales están creciendo y los mercados de renta variable están positivos tengamos todavía un 90% de nuestros activos invertido solamente en activos monetarios y renta fija pública, con alguna excepción de inversiones en deuda corporativa. La estructura de nuestros activos no se ha modernizado, sino que hemos ido hacia atrás.
¿Qué es lo que ha ocurrido?
Cuando los fondos empezaron a expandirse en los noventa, eran meros sustitutivos de depósitos. Pero a mediados de esa década ya ofrecíamos unas rentabilidades muy superiores a los depósitos, aunque invirtiendo mucho en renta fija. Por fin, en la segunda parte de la década de los noventa, se invirtió muchísimo en renta variable. Las Bolsas subían mucho y los inversores entraron en renta variable española y mundial. Entraron en España una gran cantidad de colegas nuestros extranjeros que colocaron productos de mucho valor añadido: mercados emergentes, en Asia, en Europa, en Sudamérica. Realmente, esa época fue de modernización progresiva de los hábitos de inversión de los ahorradores españoles. Ese proceso se truncó a partir del año 2008 con motivo de la crisis económica y financiera y no se están recuperando las posiciones. El sector de inversión colectiva para crecer tiene que hacer que los partícipes de fondos tengan un poco más de apetencia de riesgo y de rentabilidad y en consecuencia apuesten más por la renta variable, o por la renta fija de medio o largo plazo, aunque tenga algo más de riesgo. El esquema de renta fija a corto plazo y en fondos garantizados no es precisamente imaginativo, ni muy apto para ofrecer rentabilidades adecuadas a los inversores este momento.
¿Cuál es, en conclusión, su perspectiva sobre la industria?
Yo soy optimista. Lo primero que hace falta es que pasen algunos meses para que superemos ya definitivamente la crisis financiera y económica. Creo que vamos por buen camino, se han sacado experiencias de esta crisis y, aunque de una manera más lenta, vamos a salir de esta crisis. Además, los mercados financieros ya están funcionando con normalidad, los mercados de renta fija están dando liquidez adecuada y los mercados de renta variable se han reconstituido. Hoy en día, la renta variable está dando muchas más oportunidades que la renta fija y con un nivel de riesgo que no es sustancialmente superior.
Impulsar los planes de empleo
La crisis económica, la sostenibilidad de las cuentas públicas y el envejecimiento de la población ha reabierto el debate sobre las pensiones, un viejo caballo de batalla para Inverco."Nuestra propuesta es que el régimen de aportaciones sea más flexible. Lo que ha puesto el partícipe en manos del fondo, tiene que tributar por el régimen general, pero lo que ha conseguido rentabilizar tendría que tener carácter de ahorro", valora Rabadán, que subraya que una de las asignaturas pendientes del sistema es impulsar los planes de empleo, es decir los planes de pensiones dentro de empresas. "Hubo un periodo de estabilización a principios de la década, pero ahora no se están haciendo nuevos planes, eso no es bueno".El presidente de Inverco subraya que de los ocho millones de partícipes de planes de pensiones, sólo 1,5 proceden de planes de empleo, en los que además hay que tener en cuenta que más de medio millón son funcionarios. Rabadán cree que es necesario incidir especialmente en el segmento de pymes (pequeñas y medianas empresas) y propone repetir una fórmula que ya está funcionando en otros países, que consiste en que la aportación al fondo se divide a partes iguales entre el Estado, la empresa y el trabajador. Frente a los que consideran que los planes apenas dan rentabilidad, el presidente de Inverco recuerda que el rendimiento medio anual de media en los últimos 20 años es del 5,5%, la media de la inflación es del 3%.