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Pide a los griegos más medidas

El BCE pone a España como ejemplo de deterioro fiscal junto con Grecia e Irlanda

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Lucas Papademos, puso hoy a España como ejemplo de deterioro fiscal, junto con Grecia e Irlanda, por el aumento del déficit público registrado en 2009, hasta el 11,2% del PIB. Papademos alertó de que estos desequilibrios suponen un riesgo para el crecimiento y reclamó un estricto cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

"El deterioro de la posición fiscal ha sido especialmente agudo en algunos países de la eurozona: Irlanda, Grecia y España han registrado déficits de dos dígitos en 2009", dijo Papademos durante una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara.

Al ser preguntado por si los problemas de Portugal son equiparables a los de Grecia, el presidente del BCE explicó que otros países de la eurozona "se enfrentan a problemas similares pero en grados diferentes", aunque eludió citar a ninguno.

"Algunos tienen que hacer más trabajo en política fiscal, otros tienen que realizar más progresos en la mejora de la competitividad", resaltó Papademos. A su juicio, la situación en Grecia ha servido como "alarma" para que estos países empiecen a adoptar las medidas de ajuste y reformas necesarias. "Es el efecto positivo de la crisis en Grecia", celebró.

En todo caso, el vicepresidente del BCE alertó de que la situación presupuestaria en la eurozona "se deterioró significativamente" en 2009 como resultando de la contracción económica, las políticas de estímulo fiscal y las medidas de apoyo al sector financiero. El déficit de la eurozona aumentó del 2% del PIB en 2008 al 6,3% en 2009 y este año todos los Estados miembros superarán el límite del 3% que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Por su parte, la deuda alcanzará en 2012 el 87% del PIB, 21 puntos más alta que cinco años antes.

"Existe la preocupación de que la persistencia de grandes desequilibrios fiscales en Europa y en otras partes socave la confianza en la sostenibilidad de las finanzas públicas y ponga en riesgo el crecimiento económico y la estabilidad financiera", dijo Papademos.

"Por ello, ahora es imperativo que todos los países de la eurozona cumplan estrictamente las disposiciones del PEC", resaltó el vicepresidente del BCE, que admitió que el Pacto se enfrenta "a su mayor reto desde su adopción en 1997". En este sentido, resaltó que, tal y como ha denunciado la Comisión Europea, los programas de estabilidad de la mayoría de los Estados miembros no detallan suficientemente las medidas de ajuste a partir de 2011 y se basan en previsiones económicas excesivamente optimistas.

El vicepresidente del BCE reconoció que en los últimos años la "vigilancia económica" en la eurozona no ha sido suficiente para garantizar la disciplina fiscal, especialmente en los buenos momentos, ni tampoco para evaluar el impacto de las divergencias de competitividad entre los Estados miembros. Por ello, abogó por reforzar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y expresó su respaldo al trabajo del grupo de expertos que los líderes europeos acordaron crear durante la cumbre de marzo para lograr este objetivo.

Recuperación desigual

El Banco Central Europeo espera que el PIB de la eurozona "siga creciendo a un ritmo moderado en 2010 y se fortalezca más en 2011". No obstante, Papademos alertó de que "la recuperación será desigual a lo largo del tiempo y en diferentes regiones" y reconoció que "la incertidumbre sigue siendo alta".

Por lo que se refiere al nivel de precios, el BCE considera que la lentitud de la recuperación y el alto nivel de paro harán que la inflación se mantenga "moderada" en 2010. Por ello, Papademos reiteró que "el actual tipo de interés del BCE (1%) sigue siendo apropiado" y consideró que "la estabilidad de precios se mantendrá a medio plazo".

Pide más medidas a Grecia

Además, Papademos reclamó hoy a Grecia que concrete nuevas medidas de ajuste para corregir sus desequilibrios fiscales antes de que se active el rescate. También, pone a España como ejemplo de deterioro fiscal junto con Grecia e Irlanda.

"Es esencial que el programa económico que está siendo preparado por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) junto con las autoridades griegas concrete medidas fiscales y reformas estructurales que afronten las causas de los desequilibrios fiscales y las debilidades estructurales de Grecia, para garantizar la sostenibilidad de sus finanzas públicas y mejorar su competitividad internacional", dijo Papademos en su última comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, ya que deja el cargo en mayo.

Este programa, que recogerá también las medidas de ajuste que Grecia debe adoptar los años 2011 y 2012 para reducir su déficit, "debe completarse antes de que se tome ninguna decisión sobre la activación del mecanismo de ayuda financiera". Durante las negociaciones, el BCE insistirá no sólo en las medidas de ajuste fiscal sino también "en las reformas que refuercen la competitividad de la economía griega", subrayó Papademos. El papel de la autoridad monetaria será "actuar como agente para facilitar los pagos, pero el BCE no proporcionará financiación", recordó.

Al ser interrogado sobre la participación del FMI en el plan de rescate griego, el vicepresidente del Banco Central señaló que se trata de una "solución factible" y se mostró convencido de que se superarán "posibles diferencias" y de que "no habrá dificultades para lograr una posición común" porque "todas las instituciones implicadas, así como el Gobierno griego, tienen los mismos objetivos".

Papademos admitió que pese a los sucesivos anuncios por parte de los países de la eurozona del plan de rescate para Grecia "las presiones de los mercados financieros han persistido y se han intensificado recientemente". Y las atribuyó a "las preocupaciones por la sostenibilidad fiscal de Grecia y por la capacidad del país para refinanciar su deuda a corto plazo".

El vicepresidente del BCE reconoció que en los últimos años la "vigilancia económica" en la eurozona no ha sido suficiente para garantizar la disciplina fiscal, especialmente en los buenos momentos, ni tampoco para evaluar el impacto de las divergencias de competitividad entre los Estados miembros. Por ello, abogó por reforzar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y expresó su respaldo al trabajo del grupo de expertos que los líderes europeos acordaron crear durante la cumbre de marzo para lograr este objetivo.

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