El caleidoscopio europeo de las leyes del tabaco
Más de un turista que visita España abandona el país con la impresión de que los bares y restaurantes están llenos de humo. Sea percepción o realidad, el Ministerio de Sanidad y Consumo lleva meses anunciando que antes del verano estará lista la nueva legislación que prohibirá fumar en todos los espacios públicos cerrados. Adiós a las áreas acotadas dentro de los restaurantes donde los fumadores se autoaíslan del resto de clientes.
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha manifestado en distintas ocasiones que su intención no es elaborar una ley revolucionaria que ponga a la hostelería patas arriba, sino modificar la legislación actual -que sólo lleva en vigor cuatro años- y parchear algunos aspectos. Por ejemplo, Sanidad cree que los trabajadores de bares y restaurantes son los más vulnerables a la ley actual, porque la prohibición de fumar en los lugares de trabajo les ha dejado al margen.
Y el Gobierno mira al resto de Europa. ¿Pero a qué lugar? En este tema la Unión Europea es un caleidoscopio. Y el Ministerio encabezado por Trinidad Jiménez es plenamente consciente de este mosaico de legislaciones.
No en vano, entre los documentos con los que trabaja Sanidad figura un detallado análisis (al que ha tenido acceso CincoDías) sobre cómo se ha legislado en cada país de la UE. Encontrar un mínimo común denominador a la hora de prohibir el tabaco en los espacios públicos es tarea complicada.
En este informe, Sanidad constata que sólo tres países de la UE han puesto en marcha la "prohibición total" a fumar "en todos los lugares de trabajo cerrados y lugares públicos": Irlanda, Reino Unido y Chipre.
En el primero de esta terna, no está permitido fumar desde 2004 ni en bares ni en restaurantes ni en el transporte público y sólo existen exenciones mínimas "en circunstancias especiales para habitaciones de hotel, cárceles, residencias de ancianos y hospitales psiquiátricos". También Reino Unido deja algunas vías de escape. Entre ellas: habitaciones designadas en hoteles y casas de huéspedes o salas de fumadores en residencias "de larga estancia".
Pero la legislación británica podría ir un paso más lejos. El documento de Sanidad apunta que el Colegio de Médicos londinense ha elaborado un informe que pone en evidencia la escasa protección de los menores, como fumadores pasivos. En él, se reclama prohibir "fumar en parques públicos, parques de recreo y coches privados en presencia de menores, como ya ocurre en el Estado de California". La ley chipriota ya va en la misma línea, pues prohíbe fumar en los vehículos particulares cuando viajan menores de 16 años.
En el resto de Estados comunitarios se permite algún resquicio. En Italia, donde también está prohibido fumar en todos los lugares públicos y en los lugares de trabajo cerrados, permite la existencia de "salas de fumadores con ventilación", lo mismo que sucede en Suecia o en Letonia. Mientras, en Finlandia está autorizado fumar en bares y restaurantes, pero sólo en "salas de fumadores con ventilación separada donde no se puede servir comida ni bebida".
En el caso francés, la prohibición del tabaco en lugares públicos es muy estricta, pero según consta en el documento de Sanidad, sí que permite la existencia de "salas de fumadores" en hostelería siempre que "tengan una ventilación separada en la que no se puede prestar ningún servicio". Estas "salas de fumadores no deben ocupar más del 20% de la superficie del establecimiento y no deben exceder de 35 metros cuadrados".
En Alemania, su estructura de Estado Federal hace que cada länder tenga sus particularidades. "Tras la sentencia del Tribunal Constitucional Federal en julio de 2008, la mayoría de los länder aprobaron la prohibición de fumar en la hostelería permitiéndose crear salas de fumadores y eximiendo a los establecimientos que no sirvan alimentos de menos de 75 metros cuadrados y no permitan la entrada de menores de 18 años".
Ante el galimatías comunitario, el futuro texto español tendrá que decantarse por ser más o menos restrictivo. Desde Sanidad reconocen que la norma, que llegará al Congreso en junio, podría ser muy diferente a la que finalmente salga de la Cámara Baja. La necesidad de contar con aliados parlamentarios puede suavizar la futura ley.
Una situación de incertidumbre de la que no quedan al margen las tabacaleras. Según fuentes próximas al sector, "la industria considera que la información a la que ha tenido acceso es confusa y oficiosa". Y reiteran que los productores "necesitan estabilidad y seguridad jurídica para seguir operando". El sector también critica la falta de homogeneidad al regular el consumo de tabaco en la UE. Desde Bruselas, al menos de momento, no hay intención de establecer un marco común. Tan sólo ha habido una recomendación para que se unifiquen posturas y se prohíba fumar en espacios públicos. Como fecha objetivo: 2012.
Los reproches van más allá. Al mismo tiempo que Sanidad prepara la nueva Ley del Tabaco, ultima el real decreto que obligará a las tabacaleras a insertar impactantes pictogramas en sus cajetillas, con duras imágenes sobre las consecuencias del tabaco y que reducirán la presencia de las marcas en el envase a la mínima expresión. Llueve sobre mojado para las tabacaleras.