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Controla el 37,8% del mercado español

La Rioja marca distancias con sus competidores

La crisis no puede con la pujanza de las bodegas de Rioja. A pesar de que el consumo de vino ha retrocedido un 1,9% el pasado año, los vinos amparados por esta denominación de origen han marcado más distancia con sus competidores. Las empresas vinícolas riojanas controlan el 37, 8% del mercado español, frente al 8,6% de Ribera del Duero y el 6,8% de Valdepeñas, sus inmediatos seguidores, según los datos del Informe Nielsen, presentado ayer en Logroño.

La pujanza de los vinos de Rioja, que gana medio punto respecto al año anterior, contrasta con el retroceso experimentado por Navarra, Penedés o Cariñena, cuyo peso ha bajado al 6,7%, 3,4% y 3,1%, respectivamente.

Caída de los precios

La crisis ha golpeado duramente al sector. Además del menor consumo de vino, también ha bajado su valor. El precio medio de los caldos consumidos en 2009 ha bajado de 2,38 a 2,36 euros por litro. Parece que los españoles se amoldan a la situación económica, ya que también han cambiado el lugar donde consumen, pasando de la hostelería al interior de los hogares. Este cambio de hábitos ha convertido a los canales de alimentación en una vía de comercialización alternativa. Así, mientras las ventas en establecimientos de hostelería han retrocedido un 9,2%, las realizadas en los de alimentación han subido un 3,7%.

El informe subraya que la compra de vino en el supermercado implica una elección mucho más reflexiva que la efectuada en la barra de un establecimiento hostelero. Se considera más la relación entre calidad y precio y se compara con otras ofertas.

Precisamente, la estrategia de la denominación riojana se fundamenta en la defensa a ultranza de una calidad a precios asequibles. Esta apreciación destaca especialmente en los crianzas, que presentan un valor diferencial claramente asociado a la imagen de Rioja por los consumidores. El buen comportamiento comercial de los vinos de Rioja resulta particularmente significativo si se considera que las bodegas de esta denominación concentran el 57, 4% de sus ventas en hostelería, porcentaje que, en crianzas, se eleva hasta el 62,1%.

Los responsables del Consejo Regulador subrayaron ayer que "el sólido posicionamiento de los vinos de Rioja se ha sustentado, principalmente, en una gran competitividad, basada en su capacidad para adaptarse a la demanda".

A pesar de su caída, el segmento hostelero continúa siendo el principal canal de venta de los vinos de calidad. Según se reconoció ayer, "la hostelería mantiene su gran relevancia como mercado de creación de imagen y marca para el vino, pero acusa un mayor freno en su evolución, en parte debido también a problemas estructurales del propio sector, que vienen manifestándose desde hace tiempo".

Las bodegas de Rioja están haciendo también un gran esfuerzo para no perder cuota en el exterior. Este año invertirán más de 10 millones para promoción en sus principales clientes: Reino Unido, Alemania, EE UU, Suecia, Suiza y México.

Captar nuevos clientes entre el segmento de los jóvenes

Las bodegas de Rioja están realizando una gran ofensiva para atraer a segmentos de la población ajenos al consumo de vino. Uno de los principales es el de los jóvenes, lo que implica una modificación sustancial de costumbres, ya que el vino no forma parte de los consumos de los fines de semana. La estrategia de la denominación pasa por incentivar una ingesta responsable, imbricada en la propia cultura mediterránea. Asimismo, han descubierto que sus bodegas no sirven exclusivamente para producir vinos. Prácticamente la totalidad de los más de 400 centros de elaboración existentes en el territorio se han convertido en auténticos museos, dispuestos a satisfacer la curiosidad de sus visitantes.

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