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Tribuna
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Obligadas a sobrevivir

En tiempos de crisis la supervivencia está en boca de todos y, qué duda cabe, el entorno hipercompetitivo y el agravante de una de las mayores crisis a nivel internacional obligan a las empresas hoy a sobrevivir... La peculiaridad de la empresa familiar está complicando aún más esta situación porque la gran mayoría no está poniendo en marcha correctamente procesos de adaptación que aseguren la tan preciada supervivencia.

En España, la situación de la empresa familiar no es muy diferente al resto de Europa, ni siquiera el resto de mundo; el 70% de nuestro PIB está sustentado por el tejido empresarial familiar, la media en Europa es del 65%, y si miramos hacia el otro lado del Atlántico, en Estados Unidos la cifra alcanza el 50%. Por este motivo, es fundamental que las empresas familiares sean cada vez más conscientes de su peso en la economía y asuman su obligación de reactivar la economía, creando riqueza y nuevos puestos de trabajo.

Uno de los grandes problemas de la empresa familiar ha sido siempre la sucesión: el cambio generacional. En época de crisis, cuando la competencia con las grandes multinacionales se acentúa, afloran casos como los que estamos viviendo de Eulen o Galletas Gullón, donde la sucesión se retrasa por rencillas familiares.

Pero este difícil contexto, lejos de dar sentencia a muchas empresas familiares, debería suponer un revulsivo, una oportunidad para reinventarse y ser conscientes de que muchos de los valores tradicionales con los que lograron sobrevivir a otros cambios generacionales; el conservadurismo o la austeridad financiera están hoy en día mermando un crecimiento responsable del sector en España.

Innovación, renovación y reinvención son las tres cualidades esenciales para el futuro de la empresa familiar.

A pesar de todo, en España tenemos otros ejemplos que desvelan que hay empresas que sí lo están haciendo bien como Tous, Estrella Galicia o Pikolin. Han demostrado que saben crecer en plena recesión y la tendencia que han seguido abarca la ampliación de su gama de productos para llegar a públicos más amplios y la reorganización de su plan comercial.

La tendencia para la supervivencia de la empresa familiar apunta hacia el desarrollo de una buena estrategia orientada al cliente, la rápida adaptación al entorno, una obsesión por la innovación y una política de negocio global y multicanal… En definitiva, una firme apuesta ¡por la revitalización!

Ángel Bonet. Socio y director del área de Empresa Familiar de Daemon Quest

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