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Una consulta muy popular y nada neutral

Telefónica contra Google. Con esa cabecera extraoficial, la Comisión Europea va a celebrar una consulta pública con muchas posibilidades de convertirse en la más popular de todas las que ha realizado hasta ahora.

Bruselas convoca cada vez con más frecuencia consultas públicas para recabar la opinión de todas las partes interesadas respecto a una iniciativa legislativa que se propone llevar a cabo. La mayoría pasan desapercibidas y sólo participan un puñado de empresas u organismos públicos, cuyos argumentos suelen repetirse, con honrosas excepciones como la convocada recientemente sobre la llamada Iniciativa Ciudadana.

Pero la consulta anunciada ayer sobre la "neutralidad de la Red" podría batir todas las marcas de participación, a juzgar por el interés que el asunto despierta en la agitadísima comunidad internauta. La Comisión se declara dispuesta a escuchar todas las opiniones sobre un concepto que parece llamado a marcar el futuro desarrollo de Internet, y sobre todo, la financiación de la infraestructura que permite navegar. En juego, el modelo de tarifas por acceder a la Red.

Como ya se sabe, Telefónica y otras operadoras han planteado la posibilidad de cobrar a las grandes multinacionales de Internet, como Google, por el tráfico que generan. Para algunos, esa idea supone cobrar dos veces por el mismo concepto: al usuario por llegar hasta una página web y al gestor de esa página por dar salida a sus contenidos. Otros consideran que las páginas más populares y con contenidos más pesados (como YouTube) deben sufragar en parte la infraestructura necesaria para acceder a sus servicios.

El debate provoca posturas apasionadas, como reconoció la comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes, al anunciar en París la futura consulta pública. Y la conclusión del mismo puede traducirse en multimillonarios números rojos o negros en el balance de las empresas implicadas: operadoras de telecomunicaciones, de un lado; y proveedores de contenido al otro. Sea cual sea el resultado, a la Comisión le permitirá, por una vez, darse un baño de multitudes. Aunque, a lo mejor, sale escaldada.

Foto: Azulejo que marca la crecida del Turia en las calles de Valencia (B. dM., 9-4-10).

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