La imagen social de las profesiones liberales
De cómo nos perciben los demás depende que consigamos, o no, nuestros retos profesionales. Por ello es necesario gestionar la propia imagen a lo largo de la vida profesional.
Si usted es arquitecto, abogado, agente de la propiedad inmobiliaria, auditor o cualquier otro tipo de profesional, el cliente potencial, antes de contratarle, no sólo tendrá en cuenta la percepción que tiene de usted o de su despacho, sino también la que tiene de su profesión. Esa percepción no responde a la "realidad", sino a la "realidad del cliente", que es la que cuenta.
Cuando un colectivo profesional se despreocupa de gestionar su imagen en la sociedad, más allá de campañas puntuales de publicidad institucional, las consecuencias son evidentes: los clientes tienen múltiples percepciones del colectivo y, a menudo, no piensan en los profesionales, aunque estos les podrían ayudar a mejorar su situación o a evitar problemas. Así, por ejemplo, son legión las personas que no acuden a un abogado antes de firmar un contrato o bien que no confían una compra-venta inmobiliaria a un agente de la propiedad inmobiliaria, un profesional colegiado, con las garantías que hacerlo comportaría.
Es prioritario gestionar la propia imagen, saber comunicar nuestra identidad y valores y lo que nos hace diferentes en el mercado, es decir las razones por las que los clientes potenciales deben tenernos en cuenta y preferirnos. Una creencia arraigada como que "no me importa lo que piensen los demás de mi" puede ser muy respetable en el plano personal, pero en el profesional es una puerta a la pérdida de oportunidades.
Un colectivo, a través de los colegios y asociaciones profesionales, debe saber cómo crearse un espacio sólido en el mercado, "tener mensaje", hacerlo llegar y comprender a la sociedad. Aunque se trata de una cuestión a medio y largo plazo, es fundamental. La obsesión por ocuparnos siempre de las tareas, la miopía del corto plazo, a menudo impide que nos centremos en lo esencial.
Comunicar no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. En comunicación, "menos es más". De hecho, como en casi todo en la vida.
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