La banca da un mes a Abertis, Sacyr, ACS y GVI para equilibrar las radiales 3 y 5
Abertis, Sacyr, ACS y Globalvía (GVI) tienen un ultimátum de la banca para llegar a un acuerdo con Fomento que equilibre la situación financiera de las autopistas radiales de Madrid R-3 y R-5. El crédito de 600 millones con que fueron construidas venció el 15 de marzo. Visto que no se cumplen las expectativas de tráfico e ingresos, el consorcio de acreedores lo ha aplazado sólo hasta el 30 de abril, a la espera de un anuncio de compensaciones del Gobierno.
Que las autopistas radiales deMadrid están incumpliendo las estimaciones de ingresos es un problema de dominio público. Como también lo es que Fomento y las empresas concesionarias buscan una solución que compense el incumplimiento de las expectativas de tráfico. Pero el tiempo se agota a la vista de que la banca tiene contra las cuerdas a algunas de las concesionarias más potentes del país.
Abertis, Sacyr, ACS y GVI notan la presión en primera persona. Las cuatro se reparten el capital de Accesos de Madrid (35%, 25,2%, 19,7% y 20%, respectivamente), entidad que se adjudicó en 1999 la construcción y explotación durante 50 años de las radiales R-3 (34 kilómetros entre laM-40 y Arganda del Rey) y R-5 (28 kilómetros entre la M- 45 y Navalcarnero). La inversión total se aproxima a los 1.000 millones de euros, de los que 600 millones fueron financiados por un consorcio en el que destacan Santander, La Caixa, CajaMadrid o Deutsche Bank. El problema es que ese abultado préstamo venció el 15 de marzo y las empresas no han alcanzado aún un acuerdo definitivo de refinanciación.
Lo máximo que han sido capaces de arrancar, según fuentes implicadas en las negociaciones, es un plazo hasta el 30 de abril para fijar un nuevo vencimiento o devolver el dinero. Un pequeño balón de oxígeno que las concesionarias están aprovechando para apremiar a Fomento en busca de ayudas que equilibren las citadas radiales.
Las empresas argumentan dos grandes problemas: el número de usuarios que elMinisterio calculó que atraerían estas infraestructuras está sensiblemente por debajo de la cifra real, y el precio de las expropiaciones de terrenos se ha disparado una vez que los propietarios tomaron la vía judicial. Ambas circunstancias ha pulverizado la tasa de retorno esperada y pone en riesgo de quiebra a Accesos de Madrid.
Ante este panorama, la banca baraja no estirar la financiación y dar pie a la citada quiebra para que sea el Gobierno quien se haga cargo de las autopistas. Distintas fuentes consultadas aseguran que el ministerio que encabeza José Blanco ha transmitido un mensaje tranquilizador a los bancos afectados por la R-3 y R-5. Desde el consorcio de acreedores dicen de forma extraoficial que se está a la espera de acontecimientos en torno a la plasmación de la Ley de Captación de Financiación en los Mercados por los Concesionarios de Obras Públicas, actualmente en el Congreso tras la presentación de enmiendas, y de cómo se articula el plan adicional de inversión público-privada para impulsar la obra pública. Dos procesos que marcarán el grado de interés de la banca en el mercado español de las infraestructuras.
Precisamente el presidente Rodríguez Zapatero y el ministro Blanco han emplazado mañana miércoles, en la estación madrileña de Chamartín, a los primeros espadas del sector de las infraestructuras. Se trata de poner de largo el citado plan extraordinario de inversión. Hasta ahora ha trascendido que a los presupuestos anuales de Fomento (19.000 millones para 2010) se sumarán 16.000 millones de euros entre 2010 y 2011, lo que afectará a unos 400.000 puestos de trabajo. El plan se centrará en el ferrocarril y será financiado en un 50% por el BEI, el ICO costeará un 20% y el 30% restante debe proceder de la banca, constructoras y concesionarias. El objetivo final es que el volumen de obra pública en licitación y por ejecutar esté en cifras cercanas a los 30.000 millones una vez efectuados los recortes derivados del plan de austeridad del Gobierno.
La operación rescate cuesta 23.000 millones
Garantías de cobro, créditos participativos, avales e incrementos tarifarios son fórmulas que Fomento evalúa con Hacienda para evitar la quiebra de un puñado de concesionarias. Todo menos rescatar las autopistas, operación que en el entorno del Ministerio se cifra en 23.000 millones entre compensaciones a las concesionarias (la inversión global fue de 4.000 millones) y el coste de las expropiaciones.Se trata de dar aire a quienes no han visto cumplidas las expectativas de tráfico, pero la clave está en que ese respaldo no compute como déficit. A la espera están la autopista M-12 que da acceso al aeropuerto de Barajas y explota OHL; la Cartagena- Vera, en manos de FCC y Ploder; la radial 2 que operan Acciona, Abertis, ACS y Globalvía, y las radiales 3 y 5, propiedad de Abertis, Globalvía, Sacyr y ACS.A estas se suma la AP-41 entre Madrid y Toledo. Esta vía, operada por Isolux, Comsa, Azvi, Sando y Espírito Santo, ha visto cómo la Comunidad de Madrid construía una autovía gratuita paralela y que Fomento incumple el compromiso de prolongarla hasta Córdoba como alternativa a la A-4 pero con 70 kilómetros menos. Dos puntos que las gestoras de la AP-41 han llevado hasta el Supremo al no obtener el consiguiente reequilibrio que marca el contrato concesional.