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Columna
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Irlanda tiene éxito donde otros fracasan

El Gobierno irlandés ha pasado los últimos 18 meses evitando tomar grandes participaciones en sus bancos. No obstante, al resultar más difícil de lo esperado la creación de su banco malo, parece haber cedido a lo inevitable. El Gobierno puede que tenga que proporcionar la mayoría de los 32.000 millones de euros en capital adicional que los bancos necesitarían. Eso permitiría a su sistema financiero escapar de la crisis.

Al obligar a los bancos a transferir sus activos al Estado a un precio rebajado, Irlanda ha tenido éxito donde otros planes de bancos malos fracasaron. La Agencia Nacional de Gestión de Activos (NAMA) comprará 16.000 millones de euros de créditos inmobiliarios tóxicos de los bancos. Pero sólo pagará 8.500 millones -un recorte del 47% frente a las previsiones anteriores del 30%-. Esto debería proteger a los contribuyentes de pérdidas futuras.

La conclusión lógica es que el Gobierno tendrá que inyectar grandes cantidades de capital. Transferir activos a NAMA, junto con un nuevo requisito del 8% de capital Tier 1 para cada banco a finales de 2010, dejarán a los prestamistas con grandes agujeros en sus balances. Algunos, como el Irish Nationwide, serán completamente nacionalizados.

Los dos mayores bancos irlandeses, Bank of Ireland (BoI) y Allied Irish Banks (AIB), tratarán de elevar algo de capital a través de ampliaciones de capital suscritas por el Estado y la liquidación de operaciones en el exterior. Eso mitigaría el dolor, aunque todavía es probable que AIB sea en su mayoría propiedad del Estado y los contribuyentes tengan una importante participación minoritaria en BoI.

En la creación de su banco malo, Irlanda tenía dos ventajas sobre otros países. En primer lugar, ya había garantizado todos los pasivos de los bancos, por lo que podía obligarlos a transferir sus activos. En segundo lugar, la mayoría de los activos que habían sido transferidos fueron suelo e inmuebles, relativamente fáciles de valorar y gestionar. Si los bancos irlandeses se hubieran atiborrado de derivados tóxicos, el ejercicio habría sido más difícil.

Por otra parte, la factura sigue siendo enorme. Goodbody Securities calcula el costo total del plan de rescate para el Estado en 33.000 millones de euros, o el 20% del PIB estimado para 2010. Sin embargo, el Gobierno espera recuperar parte mediante la venta de sus participaciones bancarias en el futuro. Si sus acciones han contribuido a restablecer la confianza, el ejercicio habrá valido la pena.

Por George Hay

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