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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aviso doble del Banco de España

El informe publicado ayer por el Banco de España presenta dos áreas bien diferenciadas y cada una es una seria advertencia al Gobierno. El informe de proyecciones cuestiona la previsión oficial y es un notable varapalo al optimismo de los cálculos del Ejecutivo. Tras la "intensa" contracción de 2009, el organismo prevé un escenario de "lenta recuperación" que se sustancia en una caída del PIB del 0,4% en 2010 y un crecimiento del 0,8% en 2011. Es decir, una décima peor este año que lo previsto por Economía, pero ni más ni menos que un punto menos de crecimiento el que viene. El aviso es preocupante por lo que supone de arrastre en el resto de las variables y su negativo impacto sobre el recorte del déficit, para el que la entidad dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez pone también en solfa los cálculos del Ejecutivo. En la parte positiva, el Banco de España resta importancia al aumento del IVA a partir del 1 de julio y su impacto al alza sobre los precios finales, que califica de "limitado" y "contenido".

La persistencia de un elevado grado de incertidumbre, la prolongación de los efectos del ajuste inmobiliario y el alto endeudamiento acumulado por el sector privado son razones que frenan el avance de la recuperación y hacen "imprescindible" la aplicación rigurosa del programa de Estabilidad, según el Banco de España. Nada que objetar a un diagnóstico relativamente sencillo y compartido por una mayoría de expertos, que coinciden en que la chequera pública no podrá permanecer abierta indefinidamente y, mientras, sigue habiendo importantes reformas pendientes.

El otro gran aviso que incluye el informe del Banco de España incide en una de las reformas más importantes, que ha de ser estructural y "de calado": la del mercado laboral, en la que, además de insistir acertadamente en la necesidad de flexibilizar la negociación colectiva, propone un contrato único para nuevos empleos con un coste de despido más barato que el contrato indefinido hoy en vigor. Como es habitual, los sindicatos no han esperado ni un minuto para reiterar su mensaje a Ordóñez de que no se le ocurra invadir su corralito laboral y se centre en reformar el sistema financiero para que vuelva a fluir el crédito.

En este punto conviene aclarar dos cosas. Primero, que el mercado laboral requiere una reforma cuanto antes para eliminar las importantes y demostradas ineficiencias a que da lugar su dualidad. Porque más empleo equivaldrá a menos morosidad y, por tanto, a mejorar el sector financiero y su capacidad de dar crédito. Y segundo, el Banco de España no sólo tiene derecho, como las demás instituciones y servicios de estudios públicos y privados, a participar en el debate sobre el mercado laboral, sino que es su deber ineludible. Y cada vez más urgente. Entre otras cosas por la inacción de unos agentes sociales que están en plena prórroga.

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