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Vida profesional

La abogacía británica rompe con la deontología europea

Reino Unido relajará las normas de conflicto de intereses y secreto profesional

La abogacía británica está afrontando dos reformas decisivas que supondrán un alejamiento drástico respecto a las legislaciones y las normas deontológicas que regulan la profesión en el resto de Europa. La primera de ellas, que entrará plenamente en vigor en el ejercicio 2011, permitirá operar en el mercado legal británico a las denominadas estructuras alternativas de negocio (ABS en sus siglas en inglés).

Las ABS tendrán la peculiaridad de permitir que abogados y otros profesionales ajenos al sector de la abogacía presten conjuntamente servicios multidisciplinares. Los profesionales no abogados, además, podrán detentar el control del capital en este nuevo tipo de sociedades.

La aprobación de las ABS, fruto de la Legal Services Act de 2007, cuenta con la oposición del Consejo de la Abogacía Europea (CCBE). En respuesta a una consulta realizada por el Legal Service Board, órgano que supervisa la implantación de la reforma, el CCBE ha manifestado recientemente su preocupación por cómo ésta se está llevando a cabo y ha solicitado que se evalúen sus consecuencias sobre los consumidores.

"Nuestra posición es clara: si se autorizan sociedades de esta naturaleza ha de quedar claro y patente para los clientes que estas otras estructuras negociales no son bufetes en el sentido habitual, y eso ha de publicitarse en la denominación de la firma", señala José María Davó Fernández, presidente del organismo europeo. El CCBE considera que si las estructuras alternativas de negocio son aprobadas "han de atenerse a una serie de requisitos en su funcionamiento interno, como evitar el conflicto de intereses o someter obligatoriamente a los criterios éticos profesionales incluso a quienes trabajan en estos despachos sin ser abogados", advierte Davó.

En un documento en el que se analiza la propuesta británica, el Consejo de la Abogacía Europea recomienda no seguir adelante con la reforma y alerta de la dificultad que supondrá para los abogados británicos mantener los deberes de confidencialidad, independencia y conflictos de intereses "si a los no abogados se les permite tener un control significativo" en estas sociedades.

El organismo europeo también señala que cuando los no abogados pertenezcan a profesiones no reguladas "constituirán un riesgo adicional para los clientes" y que su percepción por parte del público como inversores o incluso como cabezas visibles de las firmas puede comprometer la integridad de éstas en su conjunto.

Junto a la promulgación de las ABS, el sector legal británico debate también en estos momentos una propuesta que aboga por relajar las normas que regulan los conflictos de intereses dentro de los bufetes. La iniciativa, impulsada por la Solicitors Regulation Authority, aumenta las excepciones bajo las que un bufete puede actuar para grandes clientes en los que concurran conflictos de intereses cuando éstos hayan dado su consentimiento. También ampliará las excepciones en las que pueden usarse barreras informativas sin permiso del cliente.

Como en el caso anterior, el Consejo de la Abogacía Europea ha mostrado su preocupación por la propuesta en respuesta a una consulta de la abogacía británica.

Según explica el presidente del CCBE, este organismo entiende que las modificaciones a las reglas de conflicto de intereses y al secreto profesional en la abogacía británica "pueden abocar abiertamente a un debilitamiento de los criterios deontológicos homologados para la profesión, que son los que aseguran la confidencialidad de cara al cliente". Para el Consejo de la Abogacía Europea, la relajación de las normas de conflictos de intereses "genera más riesgos que beneficios" para los intereses de los clientes, concluye Davó.

Tras Gran Bretaña… ¿quién será el siguiente?

A la vista de los vertiginosos movimientos que se están produciendo en el mercado legal británico, la gran pregunta que se plantea en el sector es si esos cambios pueden reproducirse en un futuro próximo en otros países europeos y cambiar radicalmente el mapa de la abogacía en toda Europa. Pese a su reticencia a emitir vaticinios sobre estas cuestiones, José María Davó, presidente del CCBE, señala que algunos países europeos "están siguiendo de cerca el desarrollo de lo que sucede en el Reino Unido, punto sobre el que nuestros Consejos Nacionales de la Abogacía miembros han expresado su preocupación".Según explica Davó, el Consejo de la Abogacía Europea considera necesario hacer una investigación "previa y bien llevada" sobre el posible impacto de los cambios propuestos en el sector legal británico "antes de tomar una decisión tan radical en el mercado de los servicios profesionales de Gran Bretaña". Como señaló el organismo en febrero, "lamentablemente, el Legal Service Board propone introducir un régimen sin saber cuál va a ser el impacto".Pese al alejamiento respecto a la deontología de la abogacía europea que suponen las reformas que se están impulsando en Gran Bretaña, el presidente del CCBE deja claro que el diálogo continuará. "Cualesquiera que sean las normas que apruebe la autoridad inglesa, CCBE continuará su diálogo, siempre constructivo, tanto con la delegación del Reino Unido como con las de los restantes países de la Unión Europea, "tal como lleva haciendo desde hace cincuenta años, intentando siempre prestar su ayuda a la abogacía europea, en defensa de los valores comunes de la profesión y del Estado de Derecho", concluye Davó.

Salida a Bolsa

La reforma que permitirá a las estructuras alternativas de negocio (ABS) operar en el mercado legal británico cambiará de forma radical la estructura del sector jurídico de este país.Según explica el Legal Service Board en su página web, las primeras licencias de ABS, que previsiblemente se concederán el año que viene, permitirán operar desde a una firma que ofrezca conjuntamente servicios jurídicos y de auditoría hasta a un bufete que cotice en los mercados de valores.

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