Caja Extremadura busca en otras regiones una fusión virtual
Las posibilidades de una fusión intrarregional en Extremadura se desvanece. El presidente de Caja Extremadura, Víctor Bravo, explicó ayer que descarta por completo una integración con Caja Badajoz. Su alternativa es la participación en un Sistema Institucional de Protección (SIP) que produzca "el menor deterioro posible en las plantillas de la empresa".
Bravo explicó, durante la presentación de una colaboración con el mundo universitario, que con Caja Badajoz "no tendría futuro a largo plazo" por su "escaso valor", y que un SIP acarrearía costes sociales y económicos menores.
La suma de los activos totales de estas dos entidades ascendería a poco más de 11.000 millones de euros, frente al tamaño idóneo de 50.000 millones que está recomendando el Banco de España.
En este sentido, subrayó Bravo que "en ningún caso vamos a aceptar ningún SIP en el que se produzca solapamiento de oficinas determinantes, sino que iremos a aquellos SIP donde este aspecto quede muy reducido, cuando no excluido".
Actualmente, la única fusión fría plenamente pública es la protagonizada por Caja Navarra, CajaCanarias, Caja de Burgos, y en cuya órbita también están Caja Segovia y Caja Ávila. También están en conversaciones Caixanova, Cajastur, Cajamurcia, Caja Cantabria y Sa Nostra, aunque todavía no han formalizado su compromiso.
Para Bravo, la posición ideal es que esta institución siguiera sola, pero no sería "una posición acertada", e insistió en que es imprescindible perder algo de autonomía.
La junta, de acuerdo
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, reconoció ayer que la integración de las dos cajas de ahorros originarias de la región, Caja Badajoz y Caja Extremadura, no les permitiría ganar mayor fortaleza financiera.