El agua y el crecimiento económico
El invierno que hemos dejado atrás ha sido el más lluvioso de los últimos 50 años en España. Parece que, con los embalses en sus niveles más altos desde hace 12 años, la falta de agua haya dejado de preocuparnos. Pero miremos a largo plazo. Nuestro país sigue siendo el país más árido de la Unión Europea y cerca de un tercio de su suelo corre peligro de desertificación.
El reto del agua es acuciante en todo el mundo. Actualmente muchas zonas del planeta ya sufren problemas de escasez, que irán en aumento. El incremento de la población espoleará la demanda, que estará un paso por delante de los avances tecnológicos, superando así la oferta. En este sentido la ONU ha pronosticado que en 2030 la mitad de la población mundial sufrirá carencias de abastecimiento. En el Día Mundial del Agua debemos reflexionar sobre los desafíos que nos esperan, cómo abordarlos, pero también, sobre las oportunidades de negocio y crecimiento económico que puede brindarnos este reto mundial irrefutable. Y a España en particular.
Estas y otras predicciones ponen de manifiesto la urgencia de desarrollar medidas para optimizar los recursos hídricos. Por ejemplo, del mismo modo que hablamos de "redes inteligentes" para la gestión de suministro eléctrico, podemos usar sistemas similares en las redes de distribución de agua y optimizar su gestión. Aprovechar los avances en tecnología para reutilizar agua y producirla dónde más se necesita. Por tanto, el mercado mundial del tratamiento y de producción de agua potable parece representar una de las inversiones más seguras y prometedoras a futuro. Las empresas de ingeniería, así como las de construcción y gestión de infraestructuras, tienen ante sí una extensa área de desarrollo en la que muchas ya han empezado a jugar sus cartas.
Algunas de las grandes empresas de infraestructuras españolas, que se han internacionalizado aprovechando el know-how obtenido en el mercado interno, ya se encuentran en el top ten de gestoras de infraestructuras en todo el mundo. Muchas ya tienen un papel destacado en la industria del agua y han encontrado un amplio marco de actuación en este sentido, sobre todo en países emergentes que se hallan ahora en su fase desarrollo y expansión. En el complejo entorno económico que estamos viviendo en España, Gobiernos y empresas debemos trabajar unidos para construir juntos los pilares necesarios para reposicionar al país y encaminarlo hacia la senda de competitividad. En esta fase de definición de estrategias para aprovechar oportunidades, fomentar la creación de empleo y retomar el crecimiento, los agentes públicos y privados deberíamos tener muy presente el potencial del sector y fomentar la inversión focalizada en tecnologías del agua.
Entre las principales ventajas de apostar por esta industria se encuentra la posibilidad de impulsar, alrededor de las grandes multinacionales españolas de infraestructuras, un importante universo satélite de pequeñas y medianas empresas que podrían colaborar juntas, no sólo para generar empleo y riqueza, sino también para convertir a España en un referente mundial en materia de agua.
Parte del camino ya lo tenemos andado. Muchos municipios españoles están viendo las ventajas de optimizar sus infraestructuras. Un buen ejemplo es Benidorm, destino turístico de primer orden y con gran presión sobre sus recursos hídricos, sobre todo en periodos vacacionales. La ciudad ha apostado por avanzada tecnología de ultrafiltración y ósmosis inversa que permite utilizar el agua tratada para riego en agricultura. De esta manera, reduce significativamente la demanda que soporta el agua potable que necesitan los visitantes y residentes. Sigamos dando ejemplos de este calado y exportándolos al exterior.
Rafael Díaz-Granados. Presidente de GE en España y Portugal