La Justicia gana la guerra del fútbol
La práctica empresarial se enfrenta a conflictos complejos cada día. Es misión de los legisladores establecer un marco eficaz para que las empresas se desarrollen y creen empleo, y del poder judicial que las leyes sean cumplidas. Ese es el único camino para una imprescindible seguridad jurídica, que se sustenta sobre todo en un respeto exquisito a lo pactado. Por esa vía circula la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 36 de Madrid, que ha condenado a Mediapro a pagar 97 millones de euros a Audiovisual Sport (AVS), participada por Sogecable (80%) y Televisión de Cataluña (20%), por incumplimiento del contrato suscrito entre las cuatro empresas en julio de 2006. Este contrato, que garantizaba la continuidad del modelo de explotación del fútbol por televisión, fue reiteradamente ignorado por Mediapro. La sentencia, que estima íntegramente la demanda promovida por AVS en julio de 2007, para defender sus derechos, contra Mediapro y a la vez desestima, también en su integridad, las de esta última contra el resto de empresas, no sólo reconoce la eficacia del mencionado acuerdo de 2006, sino que también obliga a Mediapro (socio de Imagina, la entidad que participa en el grupo de productoras que gestiona La Sexta) a aportar todos sus derechos del fútbol a AVS.
La sentencia pone justicia y coloca en su sitio a quienes, con una abusiva estrategia de hechos consumados, desconocieron los acuerdos societarios y se dedicaron a realizar, durante meses y con impunidad, prácticas no sólo contra el derecho sino contra el sentido común. Aquellas acciones rocambolescas, con el único interés de beneficiar a sus protagonistas, reciben ahora, más de 31 meses después de presentada la demanda por AVS, un diagnóstico judicial imparcial, preciso y contundente.
Pero los 97 millones de euros, más los intereses y las costas judiciales, que debe pagar Mediapro a la empresa controlada por Sogecable -perteneciente al Grupo Prisa, editor de CincoDías- se limitan nada más que hasta la decimonovena jornada de la temporada 2007-2008. Es decir, Mediapro se ha aprovechado injustamente desde entonces con una fórmula que, de no resolverse a favor de la reclamación de AVS para recibir las indemnizaciones correspondientes a la explotación de temporadas siguientes, reflejará la perversión que, precisamente en términos futbolísticos, se conoce en los campos de juego como beneficiar al infractor. La justicia debidamente aplicada hará que no sea así.
Los más de dos años y medio que ha tardado en dictarse esta sentencia, que es recurrible, llevan a otra ineludible consideración. Es pertinente que, como solicita la compañía agraviada, la ejecución de la sentencia se realice de forma inmediata. Así, la Justicia ganará por goleada la guerra del fútbol.