Sanidad más eficiente y barata
El sistema sanitario debe tener calidad, pero también debe ser eficiente en el gasto. Para ello, Sanidad ha propuesto a los proveedores de material sanitario y farmacéutico que bajen sus márgenes con el fin de ahorrar costes al erario público. Las empresas afectadas no rechazan este esfuerzo, pero demandan, con razón, que la Administración debe primero liquidar las deudas de las que son acreedoras, y que alcanzan 5.700 millones. Reclaman también que la Administración pague a 60 días, como marca la ley, y no a un año largo, como hacen algunas comunidades. La petición del Gobierno al sector es correcta, pues debe contribuir al recorte del gasto sanitario, pero las obligaciones deben ser compartidas para hacer más eficientes los esfuerzos. Sin embargo, esta medida no es suficiente. El Ejecutivo debe exigir disciplina a las comunidades, responsables de administrar los fondos públicos para la sanidad. Existen ineficiencias en la asistencia por una deficiente coordinación entre los servicios regionales, que redundan en una peor calidad y un despilfarro inaceptable. Pero si, agotados los márgenes proporcionados por el ahorro, fuesen precisos nuevos ingresos, dada la situación de agobio financiero de los administradores, no deben descartarse mecanismos de copago que funcionen, además, como moderadores del gasto.