Unicredit a la mañana siguiente
Alessandro Profumo está haciendo lo mejor de una difícil situación. En 2009, el consejero delegado de Unicredit reforzó el capital del banco italiano, redujo su balance, y recortó los costes. La actuación en el cuarto trimestre fue sorprendentemente buena. Pero Unicredit ganó tan sólo 1.700 millones de euros el año pasado -menos de la mitad de 2008-. Y el ritmo de recuperación parece lento. Unicredit está sin duda en una posición mucho mejor para navegar por el panorama bancario tras la crisis en comparación con hace un año. La reducción del balance en un 11%, y el segundo incremento de capital en poco más de un año han incrementado la Tier 1 hasta situarla en un respetable 8,5%. Profumo también ha empuñado el hacha. Los costes se redujeron en un 5,5%. Los temores a la crisis en la Europa Central y del Este -a las que se encuentra muy expuesto- no se han materializado. Pero Profumo no puede quedarse de brazos cruzados. Los márgenes están bajo la presión de los tipos bajos. Sin un gran brazo en los mercados de capitales, Unicredit podría no beneficiarse tanto como algunos de sus homólogos europeos de las casi ideales condiciones de negociación de renta fija.
La principal preocupación es, sin embargo, la calidad del crédito. Los resultados han alimentado las esperanzas de que las deudas incobrables hayan pasado lo peor porque las provisiones en los últimos tres meses de 2009 fueron más bajas. Pero la ratio de cobertura ha caído al 46,1%, desde el 52,5% de 2008.
Unicredit ha reiniciado sus dividendos, pagando el 30% de los ingresos. Esto, combinado con un aumento del 5% en las acciones, puede aliviar la presión de los inversores italianos descontentos con los planes de Profumo de racionalizar las operaciones nacionales del banco. Sin embargo, el retorno del capital fue sólo de un 3,8% el año pasado, lo que sugiere que los ingresos deben triplicarse antes de que Unicredit cubra sus costes de capital. Con las acciones ya comerciándose desde una pequeña prima a un valor contable tangible, cualquier efecto positivo parece más limitado.
Peter Thal Larsen