La integración de Caja Duero y Caja España, en el aire
El proceso de fusión entre Caja Duero y Caja España vuelve a entrar en aguas turbulentas. Pese a que los consejos de ambas entidades aprobaron, a comienzos de enero, el conocido como pacto de Tordesillas, en el que se esbozaba el diseño de la entidad resultante tras la fusión, durante las últimas semanas parece que ese acuerdo se ha convertido en papel mojado.
Tras un caldeado consejo de administración en Caja Duero, celebrado el jueves, la entidad emitió un comunicado confirmado su "compromiso con el proceso", al tiempo que, al referirse al citado pacto, recordaba la "irrenunciable la garantía de la fuerza vinculante futura".
Fuentes próximas a la entidad aseguran que hay un cierto malestar por el intento de Caja España de convertir en ejecutiva la presidencia de la nueva entidad (que recaería sobre una persona proveniente del grupo leonesa), cuando no se había pactado así.
Sin embargo, el presidente de Caja España, Santos Llamas, aseguraba el viernes que la entidad nunca ha pretendido conseguir poderes ejecutivos para la presidencia.