_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Malas noticias en la extinción de incencios

Existe máxima preocupación y perplejidad en el sector de medios aéreos para la extinción de incendios forestales ante las noticias que están surgiendo del Ministerio de Medio Ambiente, para la actual y próximas campañas.

Hasta ahora, además de los contratos que cada comunidad autónoma realiza con estas empresas para sus campañas de incendios forestales, el Ministerio de Medio Ambiente contrataba aviones y helicópteros (unos 47 medios aéreos) como refuerzo y apoyo del Estado a las comunidades para acometer incendios de gran magnitud.

Al parecer, y según informaciones que nos llegan, el Ministerio de Medio Ambiente pretende sacar un concurso para un solo ejercicio, cuando en las negociaciones entre el ministerio y el sector de medios aéreos se mantuvo el criterio de que los contratos tenían que tener, como mínimo, una duración de dos años, con prórroga de otros dos. æpermil;ste es un tema principal y preocupante para el sector, dado el alto coste que supone a las compañías la inversión en compra de aparatos, equipo y personal y tan sólo para una campaña. Si las empresas no ven claro su rentabilidad en el tiempo, pueden optar por otros mercados, quedando sin cubrirse una necesidad de interés general.

También nos llegan noticias de que a partir del próximo año los fondos que el ministerio dedica a esta partida pasaran a las comunidades autónomas para que sean ellas las que liciten los concursos, cuestión que nos parece inquietante por los grandes déficits que existen en las citadas Administraciones y lo podrían asignar a otro tipo de actividad. Inclusive, aunque las comunidades autónomas dediquen estos fondos a las campañas de incendios, ninguna comunidad, por sí sola, podría contratar medios de cuantía similar a la ayuda que recibe del Estado cuando los necesita. ¿Quién hará esa labor de apoyo en caso de desastre si no lo hace el Estado? ¿Le bastará al Gobierno con decir, en ese momento, que el dinero lo transfirió a las comunidades autónomas?.

Este segundo escalón o refuerzo y apoyo del Estado, que ahora se produce cuando la comunidad autónoma no tiene medios suficientes para acometer un incendio de gran magnitud. ¿Quién lo acometería? ¿Se prestarían unos medios, de unas a otras, en verano, cuando más les apriete el zapato? ¿Aguantaría el Gobierno de España la presión que conllevaría un desastre de magnitudes considerables, sin aportar nada más que los recursos de la UME?

¿Qué pasaría con el área de defensa contra incendios forestales, de fama y reconocimiento internacional, de la que emanan muchas de las normas que aplican los servicios de extinción de las comunidades autónomas? Habrá que cambiar el plan estatal y los 17 planes INFO de las comunidades autónomas.

La preocupación en estos momentos en el sector de medios aéreos es máxima, dado la inminencia del inicio de la campaña y de los procesos de los concursos. Creemos que podría existir descoordinación, con consecuencias no deseables.

Felipe Navío Berzosa. Presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA)

Archivado En

_
_