La representación de Zurbano toca a su fin
Una vez baje el telón de palacio el Gobierno potenciará las alianzas con PNV y CiU.
Construir un relato coherente de política económica a través de los meandros que conducen desde el Palacio de Zurbano al del Congreso de los Diputados y desde La Moncloa a los cuarteles generales de CEOE y los sindicatos, va a resultar difícil. Esta es la impresión que recorre estos días las filas socialistas, donde se evidencia el riesgo de que la estrategia del Gobierno para desviar la atención de sus continuos tropiezos naufrague en un mar de confusión.
El incidente sobre las pensiones, el que mejor ilustra la descoordinación en el Gabinete que preside Zapatero, coincidió con los preparativos de la representación montada en la calle Zurbano con los grupos de la oposición. La intención obvia era desviar la atención hacia la ecuación pacto sí/pacto no, para atrapar a Mariano Rajoy ante un electorado harto de las disputas políticas que pudo recibir con alivio el llamamiento del Rey a la concordia en los temas económicos. El PP reaccionó y centró el foco en la dialéctica sobre la subida/bajada de impuestos. Al final, ésta es la que ha imperado y la que su equipo económico piensa mantener viva, si puede, hasta el final de la legislatura.
Rajoy ha tenido también otro reflejo inteligente ante la obviedad de que el Congreso existe y de que todo lo que se está hablando en Zurbano, símbolo de la aristocracia decimonónica madrileña, donde nació la reina Fabiola de Bélgica, ya ha pasado previamente por la Carrera de San Jerónimo en forma de proposiciones de ley a las que el Gobierno ha dado la espalda.
Este martes, el PSOE tendrá que retratarse votando la rebaja del IVA para la rehabilitación de viviendas que el Gobierno trasladó la semana pasada a la mesa de Zurbano. Si no apoya la toma en consideración de esta iniciativa, incurrirá en una incoherencia difícil de explicar. Y si lo hace, reconocerá la iniciativa al PP. El próximo día 23, ocurrirá otro tanto con otra propuesta para combatir la morosidad.
Escaramuzas parlamentarias aparte, en el PSOE se constata que el Gobierno sigue sin convencer de que tiene un guión sólido para salir de la crisis. El ejemplo griego ha llevado al diputado del PP Álvaro Nadal a comparar la situación de Zapatero con la de un ingeniero que se encuentra al otro lado de una presa a punto de desbordarse y, cuando aparecen las primeras grietas, sólo pide tranquilidad y recurre a pintarla de rosa. Las grietas griegas están siendo selladas con la ayuda de Alemania, pero las españolas, si queremos evitar que vayan a más, argumenta el diputado, deberían obturarse mediante un ajuste presupuestario mucho más ambicioso del que ha propuesto Salgado y una reestructuración del sistema financiero más rápida de la que contiene la agenda del Banco de España.
'Tsunami' territorial
Las derivadas políticas de la actual incertidumbre se circunscriben, en una primera fase, al horizonte de las elecciones autonómicas y municipales. Hay dirigentes del PSOE con la suficiente información demoscópica como para prever un auténtico tsunami en ayuntamientos y comunidades, aviso de la gran ola que podría retirar a Zapatero de La Moncloa en 2012.
Dentro del PSOE no hay unanimidad a la hora de concluir si Zapatero llegará a las legislativas siendo una ayuda o un estorbo para el partido. Tampoco la hay al responder si se presentará o no de nuevo como candidato a las elecciones. Por una sola razón: la única que está en el secreto es su mujer, Sonsoles, que podría ver como la gravedad de la situación económica hace cambiar los planes que desde marzo de 2004, posiblemente, tenía el matrimonio.
Vía de escape
En el Gobierno se percibe como una vía de escape la posible evolución del PP. Los seis puntos de diferencia que las encuestas le dan a Mariano Rajoy sin apenas tensión electoral podrían reducirse si Zapatero consiguiera movilizar a sus votantes. Pero quedan dos años para las legislativas y en la foto todavía no ha desaparecido aún una sombra muy alargada, la del caso Gürtel, que podría hacer que en cuestión de meses, Garzón mediante, el país se encontrara con un Gobierno achicharrado por la crisis y una oposición muy débil, nuevamente salpicada por la sospecha.
Con este escenario en juego, sobre la popularidad de la diputada Rosa Díez ya no se hacen apuestas en sede parlamentaria: seguirá siendo la reina del mambo durante mucho tiempo, galopando en el caballo de las alianzas, cada vez más estrechas, que el Gobierno intentará afianzar con los nacionalistas vascos y catalanes, una vez baje el telón del Palacio de Zurbano.
Si se grabaran, que no se ha hecho, las conversaciones que en su sede se están manteniendo entre el Gobierno y los partidos políticos, nos daríamos cuenta de la baja calidad de la obra teatral que allí se está representando, concluyen portavoces de la mayoría de los grupos. El último, que apague la luz, por favor.