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Cerco a la economía sumergida

Un mercado invisible de 200.000 millones de euros

Los expertos sitúan la economía sumergida de España entre el 16% y el 22% del PIB, por encima de la mayoría de países desarrollados

No existen datos recientes sobre el peso de la economía sumergida en España. Los últimos datan de 2002 y fijaban el tamaño de la economía irregular en torno al 22% del PIB. El Gobierno nunca ha querido entrar en este debate, aunque el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dio por buena una cifra entre el 16% y el 20% del PIB (200.000 millones de euros). Con ello, se ganó una reprimenda de la ministra de Economía, Elena Salgado. Más allá de las estimaciones, los expertos consideran que la crisis está provocando un incremento del fraude fiscal. Así lo opinan los inspectores de Hacienda y también diversos estudios universitarios.

El deterioro económico incentiva a empresas y profesionales a esconder sus actividades lejos de los ojos de Hacienda. El beneficio es doble. Por un lado, la totalidad de los ingresos quedan salvaguardados de impuestos y cotizaciones sociales. Y, gracias a ello, los empresarios que se mueven en la economía informal pueden ofrecer unos precios más bajos que sus competidores legales. Un 54% de los españoles opina que paga demasiados impuestos y un 80% defiende que en España existe "bastante o mucho" fraude fiscal. Por otro lado, el ¿con o sin IVA?, tan común de los primeros años del impuesto -se estableció en 1986- ha vuelto con la crisis. Y resulta especialmente complicado para la Agencia Tributaria detectar esta común vía de fraude. Se produce sobre todo en el sector de pequeños profesionales, que tributan por el sistema de módulos y sobre los que Hacienda tiene muy poca información.

Un 80% de los españoles defiende que en España existe "bastante o mucho" fraude fiscal, según el CIS. Aunque una encuesta de la Comisión Europea de 2007 reveló que sólo un 6% reconoce adquirir bienes y servicios en el sector irregular. Se trata de un porcentaje muy bajo si se compara con el 27% del los holandeses o daneses. Sin embargo, esta estadística también puede indicar que los españoles son menos sinceros que sus vecinos norteños. Sólo el 12% de los italianos admite haber acudido en el último año al mercado negro, un número muy bajo si se tiene en cuenta que la economía sumergida en Italia es una de las más altas de la UE, sólo superada por Grecia. El ex primer ministro Romano Prodi pidió que la Iglesia tipificara como pecado el delito fiscal. Se calcula que un tercio de los italianos evade impuestos.

La conciencia fiscal en los países mediterráneos esmenor. Un 33% de los españoles justifica la evasión de impuestos para superar dificultades económicas, según una encuesta del Instituto de Estudios Fiscales. Y en Grecia, los dueños de gasolineras y taxistas no dudaron en acudir a la huelga después de que el Gobierno anunciara su intención de obligar de dar tiques de compra a sus clientes.

En cualquier caso, fuentes de Hacienda ponen en duda que la economía sumergida haya aumentado, aunque reconocen un posible incremento de los fraudes menores. Argumentan que buena parte del dinero negro estaba escondido en el mercado inmobiliario y, en la medida que este sector ha caído con fuerza, también la economía sumergida habrá descendido.

Menos trabajadores irregulares

Resulta innegable que elboom económico español, basado en la construcción, elevó los ratios de la economía sumergida. El 54% del colectivo de inmigrantes adscritos al Centro de Información para Trabajadores Extranjeros (CITE) de Comisiones Obreras aseguraban en 2009 estar empleados en la economía sumergida. Situación que afectaba por igual a los sin papeles -condenados a trabajar en la economía informal- como a los que gozaban de permisos de residencia. La mayor parte de estos inmigrantes lograron empleos en el servicio doméstico, la construcción y la agricultura. Los trabajadores más precarios han sido los primeros en perder sus puestos de trabajo y, por tanto, no parece descabellado inferir que el empleo irregular haya caído relativamente más que el resto.

Según la Comisión Europea, los españoles acuden con más asiduidad al mercado negro a la hora de realizar pequeñas reformas en el hogar. Aun así, también observan un incremento de las ventas irregulares en el pequeño comercio, que incluye, desde zapatos hasta cigarrillos ilegales. El hecho de que España tenga un porcentaje mayor de economía sumergida respecto al resto de países desarrollados, implica que el potencial de recaudación por la vía de la inspección es también mayor. Sin embargo, no resulta sencillo. Los inspectores reclamanmás medios humanos e incrementar el presupuesto de la Agencia Tributaria, opciones que no casan con la política de austeridad que ha impulsado el Gobierno para sanear las cuentas públicas.

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