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Estudia un aumento de la fiscalidad

Atenas promete nuevas medidas para rebajar cuatro puntos el déficit

El Gobierno griego se comprometió ayer con la Comisión Europea a adoptar nuevas medidas de recorte de gasto para cumplir el objetivo de reducir este año cuatro puntos el déficit público (hasta el 8,7%). A cambio, Bruselas reiteró la promesa de la zona euro de actuar de manera coordinada para apoyar a Grecia ante los mercados si llegara a hacer falta.

El nuevo comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, visitó ayer por primera vez Atenas con la incómoda pero inevitable misión de exigir al gobierno de Georges Papandreu nuevas medidas de recorte en el gasto público y de aumento de los ingresos.

El ministro griego de Finanzas, George Papaconstantinou, aseguró tras reunirse con el comisario que "el gobierno hará todo lo que haga falta, incluida la adopción de nuevas medidas, para que el objetivo de reducir el déficit presupuestario en cuatro puntos durante este año se cumpla de manera indiscutible".

De la verosimilitud de ese objetivo depende en gran medida la promesa de ayuda financiera expresada el 11 de febrero por los líderes de la zona euro. El comisario Rehn reiteró ayer esa oferta y París ya habla de una operación concertada entre capital público y privado para ayudar a Grecia a cubrir sus necesidades más inmediatas de refinanciación, que ascienden a 22.000 millones de euros hasta mayo.

Bruselas exige también más control de la deuda

Pero Alemania sigue exigiendo pruebas fehacientes de que Atenas ajustará su presupuesto. El viernes, la canciller Angela Merkel se reunirá en Berlín con el primer ministro griego, George Papandreu, para intentar acercar posturas en ese sentido.

Como prueba de su compromiso, el Gobierno de Papandreu está dispuesto a anunciar en los próximos días medidas adicionales, entre las que probablemente figurarán un incremento del IVA y de los impuestos especiales sobre el carburante. Y el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE evaluará el día 16 de marzo el alcance real de esos incrementos impositivos, así como de posibles recortes de gasto público.

La necesidad de esas nuevas medidas fue constatada la semana pasada por funcionarios de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo y expertos del Fondo Monetario Internacional. Ese peritaje parece haber dejado claro que el programa de estabilidad del gobierno griego, a pesar de haber recibido el visto bueno de la Comisión Europea hace menos de un mes, no basta para reducir en cuatro puntos el déficit del 12,7% del PIB registrado en 2009.

Por un lado, el programa se basaba en unas previsiones de crecimiento para 2010 (-0,6%) que se consideran demasiado optimistas. Y por otro, cifraba una buena parte del recorte del déficit en un hipotético aumento de la recaudación (de hasta cuatro puntos) como consecuencia de un plan de lucha contra el fraude fiscal. La credulidad de la Comisión llegó a tal extremo que en la evaluación del programa pedía a Atenas que "si finalmente los ingresos fueran más elevados de lo esperado, el margen de maniobra adicional debería dedicarse a reducir un poco más el déficit".

Pero el Ecofin y el BCE temen el riesgo contrario: que Atenas repita el derrape fiscal si no se ejerce una vigilancia muy estricta sobre su presupuesto. La Comisión también parece haberse percatado ya de esa posibilidad. "Controlen la deuda si no quieren que las deuda les controle a ustedes", advirtió ayer Rehn al gobierno griego tras la reunión mantenida en Atenas.

Rehn admitió en rueda de prensa que las medidas exigidas pueden ser dolorosas, pero las consideró imprescindibles para poner a Grecia en la senda del crecimiento. Entre las medidas contempladas figura la reforma de las pensiones y el ajuste salarial de los funcionarios. A pesar de la envergadura de las reformas, los sondeos de opinión siguen revelando un gran apoyo popular al gobierno de Papandreu, aunque la semana pasada se registraron las primeras huelgas y ayer hubo nuevas protestas en Atenas.

Zapatero y Merkel respaldan a Grecia

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, mostraron ayer su confianza en el Gobierno griego, aunque le instaron a cumplir los compromisos de austeridad y estabilidad fijados por la Comisión Europea.De hecho, ambos mandatarios, que mantuvieron una reunión en Berlín, condicionaron su apoyo a la corrección de los desequilibrios económicos. "Tiene que presentar un programa con que el que pueda lograr los objetivos porque de ahí surge el respeto de los mercados", subrayó Merkel, quién defendió el regreso a políticas presupuestarias serias, tras los planes de estímulos y los rescates bancarios, para evitar nuevos ataques contra el euro. Por su parte, Rodríguez Zapatero consideró fundamental el cumplimiento del pacto de Estabilidad, "ya que acompaña de manera indisoluble al euro".

Especuladores

Fuentes alemanas, citadas por Reuters, indicaron ayer que están estudiando cómo blindar cualquier plan de apoyo a Grecia para evitar que puedan beneficiarse los inversores que están apostando de manera especulativa contra la deuda pública helena.

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