Déficit y desempleo maniatan a España
El ajuste del consumo público y la caída de la renta salarial real mantienen plana la demanda
æscaron;nicamente el sector exterior ha contribuido de forma positiva al crecimiento económico en todos los trimestres de 2009, aunque en diciembre se registró también una reactivación de las importaciones de bienes de uso duradero (fundamentalmente automóviles) que provocó un repunte en un déficit por cuenta corriente, que estaba en caída libre desde que se inició la crisis. Pero ni el buen desempeño del sector exterior ni la reanimación del consumo privado evitaron que el último trimestre de 2009 España saliese de la recesión, como inicialmente se esperaba. Es más, el descenso interanual del PIB (que acumula ya siete trimestres contractivos) fue de 0,15%, y cada vez hay más dudas de que haya cambiado de signo en los tres primeros meses de 2010.
La actividad en España sigue dependiendo fundamentalmente de la demanda interna, que está muy condicionada por las fuentes de renta. La renta real de los asalariados ha intensificado su descenso en los últimos meses de 2009 y ha cerrado el año con una tasa de caída cercana al 5%, como consecuencia del fuerte ajuste del empleo medido en la Contabilidad Nacional, cercano al 7%, mientras que las subidas salariales nominales se han limitado al 2,6%. Por contra, la inflación, que fue negativa durante la mayor parte del año, ha vuelto a tasas positivas, con el consiguiente deterioro adicional de las rentas salariales reales.
Ninguna de las variables que componen la renta salarial real ha mejorado en estos meses. Persiste la destrucción de empleo y el avance de la inflación (aunque se ha moderado en febrero) y los incrementos de los salarios nominales son mucho más modestos: 1,6% en los convenios firmados, que tenderá a bajar en los próximos trimestres si el pacto salarial que recoge subidas de "hasta el 1%" se cumple.
Cada vez hay más dudas de que en este trimestre el PIB registre tasa positiva
Además, en enero se han registrado las primeras subidas de impuestos, que se intensificarán en julio con el avance de dos puntos en el IVA, que sirve de pretexto a Bruselas para pronosticar que España recaerá en recesión en la segunda parte del año.
Pero para ello primero debe salir de ella. Y a eso tampoco contribuye la retirada de las inyecciones de dinero público, tanto el inyectado como renta directa a los hogares, como el de planes de inversión municipal. Si arrancó 2009 con avances del 6%, ha cerrado el año con incrementos interanuales de sólo el 0,8%, y ahora podría estar en tasas negativas.
Reformas para el largo plazo
La presión de los mercados financieros sobre España, por las dudas sobre su recuperación económica, ha desatado una serie de iniciativas gubernamentales que pueden tener un efecto positivo sobre el crecimiento en el largo plazo, pero que pueden contraerlo en el corto y medio plazo. Para empezar, para proporcionar al mercado que aporta la financiación que necesita España argumentos de credibilidad en la economía, el Gobierno ha anunciado fuertes recortes del gasto, que, junto con las pequeñas subidas de impuestos anunciadas, pueden retrasar en el calendario la recuperación. Pero para consolidar el crecimiento que devuelva el empleo a los niveles previos a la crisis, son imprescindibles las reformas que el Gobierno ha enunciado, y cuya negociación no ha comenzado aún: pensiones, mercado de trabajo y modelo educativo.