El 'tour de force' de Bancaja y CAM en el nuevo escenario financiero
Las dos grandes cajas valencianas optan por seguir en solitario pese a las presiones políticas para que se fusionen.
Nueve meses han pasado ya desde que el consejero de Economía de la Generalitat Valenciana, Gerardo Camps, insinuara por primera vez desde el inicio de la crisis financiera que el Ejecutivo autonómico vería con buenos ojos una fusión entre las dos grandes cajas valencianas, Bancaja y Caja Mediterráneo (CAM). Sin embargo, no ha habido parto. Más bien todo lo contrario. En todo este tiempo las posturas de las dos cajas, lejos de acercarse, se han mantenido, cuanto menos, en el mismo punto en el que estaban. Una distancia que, vista desde el prisma de la política valenciana, se antoja sideral.
"A día de hoy parece claro que ninguna de las dos cajas tiene intención de fusionarse, ya no entre ellas, sino con cualquier otra", explica una fuente conocedora del ecosistema financiero valenciano. De hecho, Bancaja, de momento, no ha llevado a cabo ningún movimiento en este sentido, con la excepción de un estudio, que no pasó de eso, de un SIP (una fusión virtual) con dos cajas pequeñas. No ha participado en las quinielas que se han ido planteando en los últimos meses sobre posibles fusiones interregionales. CAM sí. Ha sido un comodín en varios intentos de mostrar una mano ganadora en esta partida. La más extendida, la que juntaba a Caja Madrid con CAM y Caixa Galicia. "La doble erre era y posiblemente siga siendo la clave en este proceso", señala un empresario de sobrada influencia tanto entre los suyos como entre los políticos. La doble erre es Rodrigo Rato, nuevo presidente de Caja Madrid.
Sin embargo nada ha cuajado de momento. Desde Bancaja se ha reiterado hasta la saciedad el mensaje de que no están pensando en estos momentos en ninguna fusión, y en CAM los movimientos que han realizado en los meses pasados, conversaciones más o menos informales y fuera de foco con Caja Murcia o con el eje de cajas antes mencionado, ahora parece que todo se ha parado. "La intención, en un principio, es aguantar el tirón en solitario", señalan fuentes de la caja.
¿Cuánto de toda esta resistencia numantina tiene que ver con las necesidades reales de adecuar las entidades a la nueva realidad y cuánto a las dificultades políticas que se presentarían ante cualquier intento de fusión de cualquiera de las dos cajas? Posiblemente el segundo planteamiento pese más que el primero, si bien resulta evidente que las dos entidades son conscientes de que si el panorama interno fuera malo no les quedaría otra. Pero con las cuentas que han presentado este año han querido dar una imagen de fortaleza que evite el debate.
Si la Generalitat no quiere que ninguna de las dos cajas acabe siendo controlada desde fuera de la comunidad, podría ejercer su poder en las asambleas para tumbar cualquier propuesta de fusión. Pero, paradójicamente, ese poder no lo tiene para forzar la fusión entre ambas. El enfrentamiento de Francisco Camps con el PP de Alicante es, en estos momentos, demasiado fuerte como para solventar un histórico recelo.
Puentes rotos tras la renovación de cargos
Cualquier acuerdo de futuro en las cajas de ahorros requiere de un consenso político lo suficientemente amplio en las asambleas de las entidades como para que prácticamente sea necesario que los dos grandes partidos estén de acuerdo. La posibilidad de que el PP de la Comunidad Valenciana y el PSPV-PSOE lleguen a un pacto, no ya en el tema de las cajas, sino en cualquier otro asunto, es casi una quimera.El PP se niega a sentarse con los socialistas después de que éstos presentaran una querella contra el presidente Camps (entre otros cargos públicos y del partido) por el caso Gürtel. Este espinoso asunto vicia de inicio cualquier intento de coordinar políticas comunes. De hecho, en la última renovación de cargos en las cajas, especialmente en Bancaja, el PP arrinconó al PSOE en órganos de gestión, imposibilitando un acuerdo futuro, como denunció el secretario general del PSPV, Jorge Alarte."Ahora, la responsabilidad de lo que ocurra en las cajas es exclusivamente suya", afirman los socialistas en referencia a Camps y su Gobierno.Hace algo más de una semana se vivió en las Cortes valencianas un episodio un tanto surrealista. El vicepresidente y consejero de Economía, Gerardo Camps, tendió la mano al grupo socialista para iniciar un diálogo sobre el futuro de las cajas. Una oferta de la que se desdijo al día siguiente, asegurando que nunca les invitaría a una mesa de negociación.Sin un acuerdo entre los dos grupos la posibilidad de sacar adelante una fusión, cualquiera, parece, aún más si cabe, muy complicada.