El año del AVE y el futuro del corredor mediterráneo
A finales de 2010, Valencia se incorporará a la alta velocidad.
Pocos temas han suscitado tanto debate entre los empresarios de la Comunidad Valenciana como la falta de una conexión de alta velocidad ferroviaria con Madrid. La tercera ciudad por población de España ha tardado, según ellos, en formar parte de un club que consideran beneficiará de forma notable la economía valenciana. Y es que cubrir los más de 350 kilómetros que separan las dos ciudades en algo más de hora y media -cuando en coche se acerca a las cuatro y en avión, con los traslados oportunos, supera la hora- es una ventaja competitiva sustancial.
No ha sido un proyecto sencillo. Desde que se decidió el trazado -negociación que en su día no estuvo exenta de polémica porque nadie quería quedarse fuera- hasta que, posiblemente en diciembre, circule el primer tren, han pasado muchos años. La magnitud de la obra tampoco era para menos. Cualquier persona que haya viajado entre las dos capitales en los últimos tiempos habrá visto crecer la plataforma por la que rodará un tren que, entre otras infraestructuras, atravesará uno de los viaductos ferroviarios más espectaculares por la altura que alcanza.
A principios de este mes de febrero, el ministro de Fomento, José Blanco, visitó Valencia para conocer el estado de las obras, especialmente el acceso a la ciudad. De momento, la capital valenciana contará con una estación provisional, ya que todo el complejo ferroviario de la Estació del Nord está pendiente de la remodelación que supondrá el soterramiento de las vías en una operación similar a la de Atocha en Madrid.
Blanco reiteró el compromiso de llegar en 2010, una fecha que ahora ya parece asumida por el Gobierno autonómico y el Ayuntamiento de Valencia, ambos del PP, que dudaban de que se cumplieran los plazos. De hecho, el ministro pronosticó que las primeras pruebas con trenes comerciales se podrían realizar antes del verano.
Alicante tendrá que esperar hasta 2012 para estar conectada con Madrid por AVE, mientras que el tramo entre Valencia y Castellón se licitará este año. Para el sur de la Comunidad Valenciana, este servicio puede ser clave para el turismo.
Pero las reivindicaciones en materia de infraestructuras ferroviarias no han terminado. Queda pendiente el corredor mediterráneo de alta velocidad para pasajeros y mercancías, el enlace que una todo el litoral con la frontera y con Europa. Y, naturalmente, la unión Barcelona y Valencia.
En su reciente visita a Valencia, el ministro de Fomento aceptó el reto. "Presentaré, en este primer trimestre del año, un estudio técnico del corredor mediterráneo", dijo Blanco. Además, anunció que lo llevará ante el Consejo Europeo de Transporte para definir los criterios que incorporen este trazado a la red ferroviaria del continente.
El metro y el tranvía, apuestas urbanas
El desarrollo ferroviario de la Comunidad Valenciana no sólo se centra en la alta velocidad. En los últimos años, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha dado un fuerte impulso a sus conexiones en áreas urbanas como Valencia, donde continúa desarrollándose la red de metro y de tranvías, o Alicante, donde un tren mixto -que funciona como metro en los túneles y como tranvía en superficie- se ha consolidado como medio de transporte en la ciudad.La Generalitat ha apostado por estas infraestructuras ferroviarias como transporte público en las dos grandes áreas urbanas de la comunidad. Sobre la mesa hay nuevos planes de ampliación de líneas y de creación de otras nuevas. Sin embargo, el alto coste de las mismas requiere de una elevada financiación, lo que, en estos momentos, puede suponer un inconveniente para su desarrollo.El Gobierno de Francisco Camps también ha planteado la posible privatización de la gestión de las líneas de metro y tranvía que se están construyendo en la actualidad y que aún tardarán en entrar en servicio. Un anuncio polémico que ya ha despertado el recelo de los sindicatos.