Un desafío olímpico
Grecia está preparando una emisión de bonos decisiva. Con los inversores de la última gran emisión de bonos recuperándose de las pérdidas, el país necesitará cortejar con cuidado a los potenciales compradores. Los mercados de deuda todavía están abiertos a los bonos soberanos de riesgo. Pero el apoyo tiene un precio. Portugal y España ofrecieron recientemente generosos cupones. Pero Grecia no puede permitirse el lujo de pagar tanto. Con emisiones por un importe de 53.000 millones de euros este año, una operación cara podría ser perjudicial por el temor a alimentar la espiral de los costes de financiación. Una prima entre 20 y 30 puntos básicos por encima de los niveles del mercado secundario parece adecuada, o al menos 10 puntos básicos más que la reciente operación española. Eso supone un rendimiento entre el 6,75%-6,85%, asumiendo que el bono se pagaría a 10 años.
Es necesario evitar los errores del mes pasado. Los 8.000 millones de euros ofrecidos el 26 de enero parecía un éxito, después de que los inversores pidieran 25.000 millones, pero se hundieron en el mercado secundario. Eso podría tentar a Grecia a aumentar el tamaño de la oferta y rebajar el diferencial. Pero los inversores parece que también han inflado las órdenes. En esta ocasión, Grecia debe asegurarse que los demandantes se queden con hambre.
También debería reconocer que necesita el apoyo de los que pueden ser vistos como especuladores. Los políticos europeos han atacado los hedge funds por cortocircuitar la deuda griega. Pero éstos podrían ser vitales para la próxima edición si mantienen posiciones cortas que necesitan ser cerradas. Grecia buscará inversores a largo plazo. Pero no debería ignorar compradores no convencionales.
El país debe tener cuidado con sus mensajes, tras el pánico del último mes de los inversores de bonos cuando se anunció una sorpresa en la emisión de febrero. Un plan de reducción del déficit creíble sería el mejor marketing. Mientras progresa, Grecia necesita obtener una emisión razonablemente modesta que funcione bien en el mercado secundario.
Por Neil Unmack