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Tribuna
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Las dificultades de la economía española en 2010

La economía española se encuentra con dificultades crecientes. Al reciente informe del Fondo Monetario Internacional augurando recesión en 2010 y bajo crecimiento económico a partir de 2011, con una elevada tasa de paro de alrededor del 20%, se unen los pronósticos muy pesimistas en Davos del profesor Roubini, prestigioso economista, que se hizo famoso por pronosticar la crisis financiera internacional.

En mi opinión la economía española se encuentra con serias dificultades derivadas de alto paro, elevado déficit fiscal, balanza de pagos negativa, baja productividad, burbuja inmobiliaria y reducida confianza en los mercados financieros internacionales.

La crisis financiera internacional y sobre todo la crisis en Grecia han despertado las alarmas sobre el futuro de la economía española.

Desde mi punto de vista, hay cuatro maneras de ajustar la economía. La primera sería intentar salirse del euro y tratar de crecer vía depreciación de la moneda y aumento de la exportación, pero considero esta salida muy remota y desfavorable, ya que la reforma monetaria tardaría como mínimo cuatro meses y provocaría salida de capitales, desconfianza y encarecimiento de la deuda pública.

La segunda sería bajar los salarios nominales, muy difícil en términos políticos y, además, por lo bajos que ya son los salarios en España comparados con Europa.

La tercera, y la más probable y preocupante, que la economía española, después de caer el producto interior bruto un 0,5% este año, solo aumente un 1% a partir de 2011 (necesitamos crecer al menos un 1,5% para crear empleo) dejando la tasa de paro en el 20% por mucho tiempo, la famosa década perdida de Japón.

La última, y la que yo propongo, es comenzar reformas de importancia, es decir, de cirugía mayor.

Alguna de las medidas necesarias son:

Primero, a largo plazo, cambiar el modelo productivo, demasiado centrado en el ladrillo y el turismo (con baja productividad), por un modelo basado en tres pilares: tecnología, formación e innovación empresarial. Necesitamos menos funcionarios y más sector privado.

Ese cambio de modelo tendría a largo plazo, como segundo componente, un aumento de la exportación, ya que el consumo, la inversión y el gasto público no aumentarán significativamente en los próximos años.

Sería muy importante ser muy rigurosos y ambiciosos en bajar el déficit fiscal. Una caída del gasto importante es esencial, evitando aumentar la carga fiscal.

Al mismo tiempo, la reforma laboral no puede esperar, un mercado más flexible evitará un paro del 20% y hay que comenzar ya.

Por último quiero referirme a la situación del sistema financiero español. Es cierto que ha sido muy sólido en los últimos 20 años, pero se anticipan nubarrones derivados de la situación macroeconómica y del aumento de la morosidad y del paro.

Los cambios más urgentes deben venir de las cajas de ahorros, hay que hacerle caso al Banco de España, que creo que es muy sensato con sus recomendaciones.

Algunas de las reformas más importantes deberían ser: la apuesta por un funcionamiento solo empresarial y nada político, reducción de costes, internacionalización (como han hecho con gran éxito Santander y BBVA), y un proceso de fusiones que logre economías de escala. Sin embargo, se debe evitar la politización, como está ocurriendo en Galicia, donde una caja bien gestionada como Caixanova se pretende fusionar dentro de Galicia atendiendo únicamente a criterios políticos.

En resumen, debe haber un cambio radical en la política económica para restablecer la confianza perdida en la economía española.

Mario Weitz. Profesor de IEB y consultor del Banco Mundial

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