Sos cierra 2009 con números rojos de 179 millones por las provisiones de los Salazar
El grupo Sos concluyó el ejercicio 2009 con unas pérdidas de 179 millones de euros. Unos números rojos que se deben a las provisiones que la empresa de alimentación ha tenido que realizar para hacer frente a la presunta estafa cometida por sus ex gestores, Jesús y Jaime Salazar.
Sos explicaba ayer a la CNMV que las pérdidas antes de impuestos se elevan hasta los 234 millones de euros y que se deben al registro contable de "provisiones de saldos relacionados con antiguos administradores, provisiones por el deterioro de elementos del activo fijo y activo financiero, así como otras provisiones del circulante". No es la primera vez que Sos registra un resultado negativo debido a las provisiones, ya que en los nueve primeros meses de 2009 perdió 134 millones tanto por el saldo que dejaron los hermanos Salazar como por una serie de operaciones en derivados que lastran desde hace meses su resultados.
Los títulos de Sos reflejaron ayer las pérdidas del grupo durante el último año. Al cierre de ayer -tras horas de suspensión de la cotización a la espera de la confirmación de sus resultados- los títulos de la compañía se apuntaron una caída del 10,33%, hasta los 2,17 euros por acción.
Sos recalca al regulador del mercado bursátil que no se trata de información financiera definitiva, ya que esta semana tiene prevista una reunión de su consejo de administración para dar el visto bueno a los resultados del pasado ejercicio, que también tienen que someterse a la comisión de auditoría. Sos también señala en su comunicado a la CNMV que durante el ejercicio 2009 alcanzó unos ingresos ordinarios de 1.357 millones de euros y un resultado bruto (Ebitda operativo) de 105 millones.
Con ambas cifras, el grupo presidido por Mariano Pérez Claver trata de lanzar un mensaje de confianza a sus bancos acreedores, alrededor de 50 entidades financieras a las que adeuda 1.300 millones de euros. La pasada semana Sos recibió la primera respuesta de los bancos a su plan de reestructuración, que pasa por reducir a la mitad su endeudamiento en un plazo de dos años mediante un programa de desinversiones de todos los negocios que no estén vinculados al aceite. Sos pretendía devolver la deuda en ocho años, pero los bancos quiere que la revolución se realiza en cinco o seis años.