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Fundación Biodiversidad

El ahorro en tiempos de crisis llega a la naturaleza

La ONU y la Comisión Europea tienden la zanahoria del valor económico de la diversidad biológica para fomentar su conservación

La cuestión ya no es qué beneficios se obtendrían de la protección de las especies naturales y animales, sino cuánto se está perdiendo con su desaparición. El debate en este Año Internacional de la Biodiversidad ha dado un importante salto en este sentido. Hasta poco antes de la cumbre del clima de Copenhague, celebrada en diciembre de 2009, aún no se había apostado por ponerle precio a la naturaleza como gancho para impulsar su conservación.

Ahora sí. Europa y la ONU han optado por la vertiente más económica de la diversidad biológica como alarma de su decaído estado y acicate para impulsar su protección. La muestra más reciente del campo ganador en el debate ha sido el informe lanzado por Naciones Unidas y la Comisión Europea, en colaboración con Reino Unido, Alemania, Holanda y Noruega, en el que se arroja la idea de que mantener en buen estado los recursos de la naturaleza es una garantía de ahorro para los países.

El texto, Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad para los Políticos (TEEB, en sus siglas en inglés), se compondrá de tres partes, que sus autores quieren terminar de aquí al mes de octubre, cuando se celebra la cumbre de biodiversidad de Nagoya (Japón). En ese momento, el texto arrojará cifras que, por ahora, sus autores prefieren no dar, hasta que sus conclusiones sean sólidas.

Un informe elaborado por la CE y Naciones Unidas alerta sobre la alarmante pérdida de diversidad biológica

El documento pretende esbozar recomendaciones a políticos, Administraciones y empresas para frenar la pérdida de diversidad biológica, que empieza a ser alarmante, según los científicos.

En este sentido, la Comisión Europea ha reconocido que Europa no podrá alcanzar los objetivos fijados para este año. El Ejecutivo comunitario ha decidido así ampliarlos. Lo que pretendía lograrse en 2010 se ha dejado para 2020. El semestre de presidencia española debería servir para avanzar soluciones, según han explicado fuentes de la representación española en Bruselas. Una de las tesis que se barajan es que los objetivos de protección de la biodiversidad salgan de las fronteras europeas y lleguen a países terceros.

Mientras, las cifras sobre creación de empleo y posibilidades de negocio corroboran la tesis del TEEB. Ya hoy, uno de cada seis empleos salen del medio ambiente en Europa. Con 1,3 millones de hectáreas en 2008 y un crecimiento del 33% respecto a 2007, España es el primer productor europeo de agricultura ecológica. Si no despega es por el cuello de botella que supone la distribución, donde se atasca la comercialización de este tipo de productos y la reducción de precios que necesitaría para que la demanda nacional se estimulara.

De hecho, la mayor parte de la producción de agricultura ecológica se exporta. "Sale lo mejor que tenemos", explica un conocedor de este sector. Andalucía y Castilla-La Mancha lideran este nicho económico en España. Fuera, sectores como el corcho han creado más de 100.000 empleos en el Mediterráneo. Asimismo, el incremento de áreas protegidas genera 4.000 puestos de trabajo directos. En el medio marino, unos 3.300 operadores ofrecen actividades turísticas relacionadas con la observación de ballenas en todo el mundo, un sector en el que se generan 13.200 empleos.

En este contexto, la Fundación Biodiversidad destina una parte importante de sus fondos a la creación de programas de formación para empujar, precisamente, a la creación de empleos en el sector del medio ambiente.

Su programa Empleaverde, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, está desarrollando un ciclo formativo con la Fundación de Ferrocarriles Españoles para el asesoramiento de pymes y autónomos del entorno inmediato de antiguos trazados ferroviarios.

El protagonista

 

Algamar

Los hermanos Fernández quisieron adelantarse "a los tiempos que se avecinaban" de consumo de alimentos muy deteriorados y contaminados. Decidieron montar Algamar, la única empresa que se dedica en España en exclusiva a la comercialización de algas deshidratadas. La compañía se creó en 1996. Tiene sede en Galicia, la región más rica en algas de todo el sur europeo. Su apuesta les ha valido el premio de la Fundación Biodiversidad a la innovación y a la cuadratura del círculo: aliar negocio y respeto de los recursos. Entre febrero y junio, Algamar recoge esta verdura marina cuando alcanza su punto de maduración, "lo que asegura la regeneración de la especie". Una bolsa de 100 gramos cuesta entre 4 y 7 euros.

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