El problema real de la deuda española
España no es Grecia, a pesar de lo que puedan pensar algunos inversores. El Gobierno español fue algo prudente durante el boom de la economía española, de hecho, tuvo un superávit del 2% del PIB en 2007. Así que mientras el déficit fiscal de 2009 era de un peligroso 11,4% del PIB, la deuda total del Gobierno es de un todavía relativamente bajo 55% del PIB -la mitad de la ratio griega-. El problema es que el sector privado es otra historia.
Los hogares españoles son de los más endeudados en Europa, con alrededor del 85% del PIB. Eso hace especialmente vulnerables a los consumidores, al paro o a las bajadas de los precios de las casas. Al mismo tiempo, las empresas han acumulado también grandes préstamos en los años del boom. Las deudas de las compañías españolas que cotizan en Bolsa son equivalentes a 3,4 veces el Ebitda -el doble de la media europea, según las estimaciones del UBS-.
Los bajos tipos de interés han facilitado la vida tanto a hogares como a empresas, pero el desafío de erosionar esa montaña de deuda privada es uno de los mayores retos que afronta España. Las condiciones económicas no son propicias -un 20% de desempleo y unas perspectivas de crecimiento anémicas-. Las buenas noticias para las finanzas del país son que el ahorro de los hogares se ha disparado a niveles históricos, según el Banco de España. Los consumidores españoles, al igual que el Gobierno, se aprietan el cinturón. Esa austeridad tiene un coste en términos de crecimiento en el corto plazo. El FMI espera que el PIB español disminuya en 2010 un 0,6%, tras la caída del 3,6% de 2009. La contracción elevará la morosidad en los préstamos. De hecho, los bancos españoles tienen un problema, aunque no con la deuda soberana. Sus títulos de deuda pública, unos 88.000 millones de euros, parecen pequeños en comparación con los 324.000 millones de los promotores inmobiliarios españoles. La morosidad seguirá subiendo. La tendencia es especialmente mala para los préstamos a los consumidores, que no tienen garantía. Las provisiones para las pérdidas por préstamos se comerán los beneficios bancarios. Muchas instituciones financieras, en especial las cajas de ahorros, necesitarán reestructurarse este año. España tendrá que pagar pronto sus deudas.
Por Fiona Maharg-Bravo