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Crónica de Manhattan

Mirando a la UE de soslayo

Los informativos de televisión y radio, los periódicos y la blogosfera suelen prestar poca atención a Europa, aunque tampoco hacen mucho caso a Canadá y es un país vecino. No obstante, en las últimas semanas han dejado de mirar de soslayo a la UE y la cuestión griega, el talón de Aquiles de la zona euro, es portada.

Son dos las preocupaciones que se tienen a esta orilla del Atlántico. ¿Cómo afecta esto a EE UU? y ¿está nuestro país en la misma situación que la UE?

Empieza a haber preocupación por que no se sabe hasta dónde llegará la onda expansiva griega. A nadie se le escapa que el aporte del país heleno a la zona euro en términos de PIB es minúsculo, pero además de lo que es "demasiado grande como para permitir que caiga" (too big to fail), en América se conoce también de primera mano lo que es "muy interconectado como para que caiga". Bear Stearns y Lehman Brothers pertenecían a esta segunda categoría y se sospecha que Grecia también.

Aunque no hay datos definitivos sobre ello, el Banco de Pagos Internacionales calcula que los bancos americanos no tienen una gran exposición al riesgo que supone Grecia. Pero una vez en marcha la caída de las piezas del dominó, es difícil saber dónde cae la última. En EE UU se está hablando de los efectos que Grecia pueda tener en otros países como Irlanda, Italia, España o Portugal como se hablaba cuando Lehman Brothers cayó. Entonces, rápidamente el mercado empezó a reaccionar con ataques sobre los siguientes bancos en la cadena, Morgan Stanley e incluso Goldman Sachs. Aquello se cortó con el rescate financiero.

Con respecto a Europa, en definitiva, es el contagio del mal que aqueja a Grecia lo que preocupa sobre todo en un contexto económico tan dislocado a nivel global como para que cualquier situación termine reverberando al otro lado del globo.

Por otra parte, la debilidad europea es muy mala noticia porque a EE UU no le compensa tener un socio comercial importante. Además, si el dólar gana posiciones frente al euro, como está ocurriendo, el impulso exportador americano se agotará y, de hecho, lo que ganará atractivo son las importaciones de Perrier y Albariño, lo que no juega a favor de la incipiente y lenta recuperación económica.

Toda la situación en el Viejo Continente ha hecho reflexionar en voz alta si EE UU no estará en una situación similar. Además de los números rojos federales, California no puede cuadrar sus cuentas de ninguna manera y ya ha pedido a Washington ayuda más de una vez. Se trata de una de las mayores economías no ya del país, sino del planeta, y Nueva York y Arizona, entre otros estados relevantes, están en un brete similar.

El dólar no es el euro porque entre otras cosas desde Washington se está usando "la máquina de imprimir billetes", algo que en Europa no ocurre.

Hasta ahora no ha habido ningún evento que haya colocado a California en el centro de una crisis similar a la europea, pero hay economistas que tienen presente que cualquier chispa puede prender y que recuerdan aquellas frases atribuidas a Ernest Hemingway: "¿Cómo ha acabado usted en la quiebra? Pues mire, al principio, gradualmente, y un día, de repente".

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