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Jean-Claude Trichet

El servidor del euro

El presidente del BCE ha ganado puntos en la crisis de la moneda europea. Discreto y comprometido con Europa, Trichet se incorpora a la vigilancia de Grecia.

El servidor del euro
El servidor del euro

Puede que no buscara la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) y su cargo se deba al empecinamiento del ex presidente francés Jacques Chirac, pero lo cierto es que Jean-Claude Trichet ha salido reforzado de la crisis del euro. El pasado jueves, los líderes de la UE acordaron acudir en ayuda de Grecia para preservar la estabilidad financiera de la zona euro en su conjunto. Solidaridad para evitar ataques como los sufridos una semana antes por el euro, que dejaron la cotización por debajo de 1,37 dólares, la mínima en los últimos 8 meses. Y Trichet, protagonista de ese acuerdo, será uno de los encargados de vigilar que Atenas cumple sus promesas de recorte del déficit.

Llegó a la Eurotower -la actual sede del BCE, en el distrito financiero de Fráncfort- en 2003 y se marchará en octubre de 2011, cuando venza su mandato. A más de cien metros de altura, Trichet trabaja con calculada discreción. "Nos consideran adoradores del becerro de oro. Pero los banqueros centrales tenemos que encarnar la sabiduría en el mundo del dinero", comentó en cierta ocasión.

Trichet es visto como uno de los banqueros centrales más brillantes. Su capacidad para controlar el destino de la segunda economía más grande del mundo es limitada en comparación con el poder de su colega en la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, a quien se refiere en público como "mi amigo Ben". æpermil;l presume de ser uno más en el Consejo de Gobierno y se compara con el capitán de un equipo de rugby.

Nacido en Lyon en diciembre de 1942, Trichet es un funcionario con pedigrí, el que otorga la prestigiosa æpermil;cole Nationale d'Administration (ENA). Amante de la poesía y las matemáticas, al parecer fue su padre, profesor de griego y latín, quien le persuadió para enfocar sus estudios hacia los números. Ingresó en la Escuela Nacional Superior de Minas de Nancy e, incluso, trabajó en una mina de carbón durante las vacaciones escolares. Por aquellos tiempos, empezó a coquetear con la política, desde las filas del Partido Socialista. Se licenció en Económicas y se diplomó en el Instituto de Estudios Políticos.

En la ENA se destacó como un alumno comprometido, hasta el punto de recibir el apodo de Justix, por su afán por la Justicia y sus habilidades como mediador. Quedó quinto de la clase, lo que le garantizó un puesto de inspector de finanzas, el primer peldaño de una extensa carrera que le llevó a ocupar la Dirección del Tesoro en 1987 y el puesto de gobernador del Banco de Francia en 1993. Estando en el Tesoro se produjeron las irregularidades en el Crédit Lyonnais, uno de los mayores escándalos financieros, por el que fue juzgado en 2002 en plena trayectoria hacia la presidencia del BCE. Fue absuelto de todos los cargos. Meses después, el holandés Wim Duisenberg salía del BCE antes de finalizar su mandato y Trichet tomaba el relevo, de acuerdo con el compromiso alcanzado por Chirac.

Con Trichet llegó el glamour y la elegancia al BCE. Sus colaboradores destacan su trato correcto y educado. El de un gentleman que disfruta de largos paseos por la naturaleza. Se casó a los 22 años con una diplomática, hija de ucranianos, con la que ha tenido dos hijos, uno directivo de marketing; el otro, músico. Desde que estalló la crisis, en 2007, ha vivido muchos momentos de tensión, pero nunca ha perdido el control. Siempre le quedará su afición por la ópera.

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