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El embarque de Jean-Claude

Nuño Rodrigo - 10/02/2010

Comentábamos ayer en esta misma columna, y en términos metafóricos, que bastaría un pestañeo de Jean-Claude Trichet para ahuyentar a los especuladores. No se puede decir que hayan sido ahuyentados, pero ha bastado un rumor acerca de los horarios de vuelo del señor Trichet para que la prima de riesgo griega se desplomase 40 puntos básicos.

Que Trichet asistiese a la cumbre en Bruselas de esta semana es algo que entra dentro de la lógica institucional, dado que se trata de preparar una nueva ronda de reformas. La cumbre es el jueves y Trichet volverá el miércoles, pero ha cambiado su tarjeta de embarque. Ahora, la lectura del mercado: Trichet ha vuelto apresuradamente para orquestar el rescate urgente de Grecia. La nueva tarjeta de embarque ha sido motivo suficiente para repetir, a la inversa, los fuertes movimientos de los últimos días. La semana pasada los tiros iban por otro lado; fue cuando el CDS de la deuda española estaba a la par con el CDS de la deuda peruana o colombiana. Esperemos que el señor Trichet no pierda ninguna conexión o aparezca sin maleta en el aeropuerto de Bruselas, pues la interpretación del mercado puede provocar otra turbulencia financiera.

Mucha literatura y poca sustancia. La situación sigue siendo la misma: los mercados podrán jugar la baza del ataque sobre el flanco débil de Europa mientras lo permita el Banco Central Europeo. Lo saben los especuladores, lo saben los Gobiernos y lo sabe el BCE. Y si quien firma estas líneas fuese un especulador, tendría claro que la estrategia de salida, una vez conseguidos los objetivos de rentabilidad, pasa por cambiar la posición bajista a neutra y, a la menor señal, pasarse a alcista. Y la semana que viene, bajista otra vez. Eso es la especulación, y no los cenáculos de oscuros objetivos que algunos políticos, y algunos medios, quieren dibujarnos en este confuso invierno. nrodrigo@cincodias.es

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