Almunia se libra de Grecia
A Joaquín Almunia le ha salvado la campana del cambio de Comisión y desde hoy puede olvidarse (oficialmente, al menos) de las finanzas públicas griegas, el expediente lleno de trampas que ha marcado el principio y el final de sus cinco años y medio como comisariio de Asuntos Económicos.
Almunia no llevaba ni un mes con la cartera que heredó de Pedro Solbes, cuando su departamento aprobó un informe en mayo de 2004 en el que se revisaban al alza las cifras del déficit público griego del año 2003 y se anunciaba que sería inevitable, como así ocurrió, corregir (para peor, claro) las cifras de ejercicios anteriores.
Casi seis años después, el comisario ha asumido hoy la cartera de Competencia y deja a Grecia con un desastre estadístico similar, pero con una repercusión del engaño en los mercados amplificada por la crisis financiera y por la creciente deuda pública de la zona euro.
Y los analistas, aparte de buscar manidas comparaciones con la literatura clásica, empiezan a preguntarse cómo es posible que el boquete de las cuentas públicas griegas permanezca abierto ocho años después del ingreso del país en la zona Euro. "¿Por qué se ha ignorado tanto tiempo una falta de control tan obvia?", se preguntaba el Financial Times en su página de análisis. Y añade que "la pasada semana, la Comisión se comprometió con retraso a vigilar a Atenas".
Por suerte para Almunia, a partir de hoy la responsabilidad de esa vigilancia recaerá en el finlandés Olli Rehn. Pero si la situación en la zona Euro se agrava por culpa de Grecia, es probable que tarde o temprano algún banco de inversión resalte en uno de sus análisis el dato de que la cartera de Asuntos Económicos, responsable de la vigilancia de las estadísticas y las finanzas públicas, ha estado ocupada por dos españoles desde que comenzó la Unión Monetaria en 1999.
Almunia se puede defender recordando que durante su mandato pidió poderes de auditoría para Eurostat (el órgano comuitario encargado de validar las cifras de déficit y deuda), pero los ministros de Economía se los negaron. Pero el nuevo comisario de Competencia sabe muy bien que los mercados, tan sensibles ellos, no siempre prestan atención a los argumentos, por muy sensatos que sean.
Foto: Olli Rehn y Joaquín Almunia en una rueda de prensa sobre el quinto aniversario de la ampliación de la UE (archivo de la CE, febrero 09).