Stiglitz, partidario del 'impuesto Robin Hood' a la banca
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz es partidario del llamado 'impuesto Robin Hood' a la banca (quitar el dinero a los ricos para dárselo a los pobres) como forma de limitar los recortes en los servicios públicos y ayudar a combatir la pobreza en el mundo.
Esa tasa especial, propuesta por las ONG de ayuda al desarrollo, equivaldría a sólo un 0,05% de las transacciones bancarias globales, pero permitiría recaudar anualmente de 283.00 millones de euros. "La filosofía fiscal debería ser la de gravar con impuestos lo malo en vez de lo bueno: así que la polución debería estar más gravada que el trabajo o el ahorro", afirma Stiglitz en declaraciones al vespertino londinense Evening Standard.
Y, en opinión de Stiglitz, mucho de lo que hacen los banqueros es polución: "Apenas se derivan beneficios sociales de la especulación a corto plazo. Resulta en volatilidad extrema y en un exceso de ese tipo de operaciones". "Hay que disuadir de todo lo que fomente el cortoplacismo. Y el dinero así recaudado podría utilizarse para cumplir una función social", explica.
"¿Es que alguien cree seriamente que las operaciones comerciales a microsegundos que estamos viendo producen algo? Es una función de la velocidad. No generan inversiones ni crean empleo", critica el economista estadounidense.
"Las finanzas tienen un papel vital y socialmente muy importante como es recaudar capital, gestionar los sistemas de pago, engrasar los rodamientos de todo lo que hace la sociedad, pero los banqueros no cumplen esa función socialmente útil y por su culpa ha sufrido la economía mundial", se queja Stiglitz.
El premio Nobel, que se encuentra en Londres para promocionar su último libro, 'Caída Libre: Los mercados libres y el hundimiento de la economía mundial', dice que los banqueros son unos "insensatos", los mercados "están locos" y califica el rescate de la banca por el Gobierno estadounidense como "el gran latrocinio americano". En la entrevista, expresa su esperanza de que el Reino Unido no sucumba al "fetichismo fiscal" y recorte drásticamente el gasto público.
"En Estados Unidos, explica, la gente está revolucionada. Es inmoral que haya ido tanto dinero a los bancos y que haya terminado en primas a los banqueros. No se ha creado empleo. En Europa se han generado en algunos casos incluso déficits nacionales, y ahora los gobiernos dicen que se ven obligados a recortar el presupuesto de educación o sanidad".
"Los votantes están enterándose de lo que pasa, los políticos también, y es un signo esperanzador....", dice Stiglitz. Según el economista, los banqueros han podido explotar las diferencias en la forma de reaccionar a la crisis de los países, y es preocupante.
Lo más preocupante es "que la ira popular ha llegado al extremo de que la gente está dispuesta a escuchar a cualquier político, con independencia de que sus recetas vayan a resolver algo o empeorar las cosas".
"Basta con ver lo que ocurre en Estados Unidos, explica, donde tenemos al partido (republicano) de Sarah Palin propugnando un gobierno mínimo cuando fue precisamente el corporativismo y la desregulación lo que generó esos problemas".