Un trabajo penoso para UBS
Cuando Oswal Gruebel desveló su ambicioso plan de objetivos a medio plazo en noviembre, instó a los inversores a ser pacientes. Aunque incluso el consejero delegado de UBS podría no darse cuenta de cuanto tiempo es necesario. Los resultados del cuarto trimestre muestran que el banco suizo está dando un paso atrás en algunas áreas. No es sorprendente que el precio de las acciones de UBS estén a la cabeza de la dirección equivocada.
Lo más llamativo es que los flujos netos del banco privado en el cuarto trimestre fueron de 33.200 millones de francos suizos (22.643 millones de euros). El doble de la ratio a la que los clientes más adinerados retiraron su dinero en los tres meses previos. Y esto a pesar de haber resuelto la disputa de agosto con Estados Unidos sobre el perjuicio fiscal, que debería haber estabilizado el banco.
La retirada de 8.500 millones de francos suizos por parte de clientes italianos como resultado de una amnistía fiscal sugiere también que la gestión de UBS puede haber pecado en exceso de confianza sobre el impacto de los ataques en las cuentas bancarias suizas de los Gobiernos europeos. El fallo del tribunal suizo del último mes sobre la ilegalidad de la transferencia de datos de los clientes de UBS a Estados Unidos no ha ayudado.
Así de preocupante es la bajada en los márgenes en la banca privada de UBS. Esta caída es de alrededor de 84 puntos básicos en el cuarto trimestre, muy inferior al objetivo de Gruebel de 100 puntos básicos en 2014.
El banco espera darle la vuelta a la situación con una gestión más transparente de su propia tesorería, vendiendo productos de asesoramiento con alto margen y finalizando los descuentos en las tarifas.
El banco de inversión, del cual Gruebel espera que genere 6.000 millones de francos suizos de beneficio anual antes de impuestos, ha decepcionado también. Los ingresos generados se han situado por debajo de los 500 millones de francos suizos en el cuarto trimestre, tan sólo el 25% del objetivo de Gruebel. Teniendo en cuenta esta mala racha, no es sorprendente que los inversores pierdan la paciencia. Las acciones están casi un 30% por debajo de los máximos de este verano. Si Gruebel consigue su objetivo de 15.000 millones de francos suizos en beneficios antes de impuestos, las acciones pueden considerarse baratas, aunque eso parece una perspectiva cada vez más lejana.
Margaret Doyle