...mala sombra nos cobija
La verdad es que la cosa no pinta demasiado bien. Sin ánimo de ser exhaustivos en los condicionantes que afectan a la economía española, y que durante las últimas semanas las autoridades económicas de cada rincón del mundo se está encargando de que tengamos bien presente, hay que reconocer que tienen razón. La economía española está seriamente debilitada. Desempleo descontrolado, déficit público bochornoso y una falta de competitividad desastrosa son las características más repetidas en los últimos días. Grecia y Portugal, son nuestros primos hermanos.
La puntilla nos llegó el pasado viernes cuando el diferencial del bono a 10 años español y el bund alemán superó nuevamente los 100 puntos básicos. El traslado de este efecto a nuestra renta variable era inevitable. Los valores españoles han sido estigmatizados en las últimas semanas por el inversor, que huye de España como si tuviéramos la escarlatina, y es normal, hay miedo. Este miedo sólo ha parecido frenarse por un instante al principio de la sesión de ayer lunes, casi como si el mercado tratase de tomar fuerzas antes de reflejar una nueva caída.
Sin embargo, el verdadero interrogante que subyace a esta situación es: ¿por qué ahora? ¿Que ha cambiado desde hace un mes, o tres, en España? Realmente nada. Lo que sabemos hoy, ya lo sabíamos antes. No hay nada nuevo en nuestro cuadro macroeconómico y nuestras perspectivas llevan tiempo siendo bastante negativas.
Por tanto nos queda cierta sensación de que lo que está sucediendo es una reacción tardía ante lo que era evidente. Pero de nada sirven los llantos de plañidera ni las pataletas. Con la que nos está cayendo encima ahora mismo, lo único que podemos hacer es arrimar el hombro entre todos.
Pensar que alguien iba a venir a sacarnos del apuro es un ejercicio de bisoñez e irresponsabilidad poco habitual en la cultura española.
No se puede generalizar. España no es Alemania ni Francia, eso es cierto, pero también es verdad que Deutsche Telekom, por ejemplo, no es Telefónica. En el mercado cotizado español encontramos más de 100 empresas, de las cuales una buena cantidad de ellas son muy eficientes, rentables, muchas de ellas hacen mucho más negocio fuera que dentro de nuestro país,... y que están muy baratas. No hay empresas buenas y malas, sino empresas caras y baratas. Al final, con el tiempo, la situación tiene que tender a equilibrarse.
En la renta variable, nuestra labor es buscar ineficiencias, desequilibrios y oportunidades. Hay muchas, solamente hay que utilizar las herramientas adecuadas para localizarlas, ser riguroso, disciplinado y sobre todo, controlar los riesgos. Por cierto, también se puede ganar dinero en mercados bajistas.
Miguel Sánchez. Analista de renta variable de Inverseguros SV