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Tribuna
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La seguridad del Almacén Temporal Centralizado

En España existen ocho centrales nucleares en funcionamiento y dos en proceso de desmantelamiento. El combustible irradiado de estas diez instalaciones está almacenado en la propia central nuclear o bien se ha mandado a Francia o Reino Unido como es el caso de la central de Vandellós I o de Garoña. Por consiguiente, en estos momentos en España hay 9 almacenes de combustible irradiado con experiencias de operación de más de 25 años y sin haber tenido ningún incidente.

El coste, si no pueden volver los residuos de Vandellós I de Francia por no disponer de un almacén adecuado, puede ascender a 60.000 euros al día. Ante esta situación, en 2004 se planteó ordenar esta realidad y construir un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para todo el combustible irradiado de las centrales nucleares españolas. El Congreso de los Diputados aprobó esta medida por unanimidad. Parece más seguro tener una única instalación diseñada expresamente para almacenar el combustible irradiado que los diez almacenes individualizados.

Posteriormente se abrió un proceso de información pública de esta instalación para todos aquellos municipios interesados en acogerla. Se organizaron conferencias y visitas al ATC operativo en Holanda. Recientemente, se ha completado la convocatoria para que los municipios interesados se presenten como candidatos para acoger esta instalación y lo han hecho al menos doce municipios.

El almacén, físicamente, es una instalación de 283 metros de largo por 78 metros de ancho y 26 metros de alto. Tiene unas paredes de 1,5 metros de espesor, que permiten absorber la radiactividad que genera el combustible irradiado, actúan como blindaje de la radiación y a su vez confinan la radiactividad evitando su salida al medio ambiente.

El ATC está diseñado para garantizar la ausencia de la reacción en cadena. Se ha seleccionado convenientemente los materiales y la separación entre los elementos de combustible irradiado. La instalación dispone de un sistema pasivo de refrigeración por aire, que permite extraer el calor que genera el combustible irradiado. Se trata de unos conductos de aire de 45 metros de altura respecto el nivel del suelo, que por convección natural extraen el calor. Así se garantiza que la temperatura alcanzada por el combustible no dañe su integridad. Este método es más seguro que los sistemas activos que extraen el calor mediante agua en circulación. Los métodos activos son usados en las piscinas de combustible gastado de las centrales.

La construcción del ATC implicará el transporte del combustible gastado, desde las distintas centrales nucleares hasta la instalación. A pesar de ello, esta opción es más segura que el hecho de tener diez almacenes temporales individualizados. El transporte se efectúa mediante un contenedor que blinda la radiactividad y mantiene su hermeticidad incluso en condiciones de un accidente de transporte. El transporte puede ser por carretera o por tren. En España existe experiencia en el transporte de combustible gastado, recordemos que durante muchos años se transportaba por tren el combustible gastado desde la central de Vandellós I (Tarragona) a Francia. Los contenedores son diseñados y certificados bajo normas internacionales de calidad y no han sufrido incidente alguno en la experiencia internacional.

Este almacén se llama temporal, porque tiene previsto guardar el combustible irradiado 60 años. Una vez transcurrido ese tiempo el combustible puede seguir distintos destinos: ser reutilizado en las centrales de cuarta generación; seguir un proceso de separación o transmutación; ser reprocesado y posteriormente utilizado en las centrales actuales; o proceder a su almacenamiento definitivo. Básicamente, las opciones que se plantean para después tratan de extraer más energía de este combustible, hacen un aprovechamiento más intensivo del mismo.

El ATC lleva asociado un centro tecnológico para realizar investigación en torno al combustible nuclear y un parque empresarial. El Consejo de Seguridad Nuclear de España será el organismo encargado de velar para que la construcción y operación de estas instalaciones se efectúe de manera segura y respetuosa con el medio ambiente.

Javier Dies Llovera. CATEDRÁTICO DE INGENIERÍA NUCLEAR de la UNIVERSIDAD POLITæpermil;CNICA DE CATALUNYA (UPC)

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