Las restricciones en China y los temores económicos pasan factura a los metales
Los metales industriales, como el níquel y el cobre, y también el metal precioso por excelencia, el oro, han sufrido en sus cotizaciones las renovadas dudas sobre el porvenir de la economía.
Ni las Bolsas, ni los bonos, ni las divisas, han sido las únicas víctimas de la reciente escalada de volatilidad. Las materias primas han sufrido en sus cotizaciones el incremento de la desconfianza sobre la fortaleza de la recuperación económica. En concreto, los metales han sufrido intensas caídas desde sus máximos, marcados en la mayoría de los casos a finales del pasado ejercicio.
Los expertos señalan que la próxima retirada de los estímulos económicos está pasando factura a todas las commodities. La Reserva Federal, por ejemplo, recordó el miércoles que cancelará de forma inminente algunas de sus medidas anticrisis, como las recompras de deuda.
China anunció la semana pasada una restricción del mercado de crédito. Esto podría provocar un frenazo en su crecimiento, que rozó el 9% en términos de PIB el pasado ejercicio. El peso del gigante asiático en la economía mundial es creciente, de forma que su ralentización pasaría factura a todos los mercados.
El mercado reacciona ante los anuncios de retirada de las medidas anticrisis
La evolución del mercado de divisas también explica en parte la reciente caída de los precios de las materias primas. Y es que éstos están ligados a la fortaleza que el dólar exhibe frente al euro en los últimos tiempos. El billete verde recupera en torno a un 8% desde los mínimos de 1,51 unidades por cada divisa europea que marcó en noviembre.
El oro alcanzó su máximo histórico en 1.215,7 dólares por onza el pasado diciembre y desde entonces ha caído en torno a un 11%. Pese a esta corrección, el multimillonario, especulador y filántropo George Soros aseguró ayer que "el oro es la última burbuja de un activo", como consecuencia de la política de tipos de interés bajos en todo el mundo para reflotar la economía.
El precio de los metales industriales ha sufrido caídas similares. El níquel, cuyo récord data del pasado agosto, cede también en torno a un 11% desde entonces. El cobre, por su parte, se deja un 10% y cotiza ya por debajo de los 7.000 dólares por tonelada.