Cuidado con los consensos
El sentimiento del mercado cambia con rapidez supersónica, y en apenas unas semanas puede pasar del negro al blanco sin apenas transitar por la escala de grises. Los últimos indicadores adelantados reflejan un optimismo sin precedentes en los últimos dos años.
La encuesta de gestores de fondos que publicó el martes Bank of America Merrill Lynch es un claro ejemplo. Según este sondeo mensual, los grandes inversores tienen en estos momentos la mayor predisposición para asumir riesgo desde el año 2006, es decir, desde antes de que estallara la crisis subprime que posteriormente derivó en una recesión mundial.
Son mayoría los gestores de han reducido sus posiciones de liquidez en cartera, y el activo sin riesgo representa en la actualidad tan sólo el 3,4% de la cartera media, el nivel más bajo desde mediados de 2007. Y son más los gestores que apuestan por la Bolsa que los que no.
Parece, a juzgar por las opiniones de consenso, que el primer semestre de 2010 será positivo para la Bolsa. Así lo refleja la encuesta, como las opiniones de los asesores o la volatilidad de los mercados, que hasta ayer se encontraba en los niveles previos a la quiebra de Lehman.
Todo esto es muy bonito, pero no conviene bajar la guardia, porque cuanto más amplios son los consensos más se abona el terreno para los cambios de tendencia. Como dice el refranero bursátil: cuando el último bajista se vuelve alcista, es hora de vender.
Pero, además, hay un dato revelador que debe hacernos extremar la cautela. Las cotas de liquidez en las carteras están descendiendo, lo que indica que los grandes inversores están cada vez más invertidos. A finales de año, había mucho dinero dispuesto a entrar en el mercado; dinero que llegó tarde al rally de 2009. Y cuanto más capital de esa índole fluya hacia las Bolsas, menos gasolina le quedará al mercado.
El de ayer fue, sin duda, un aviso para los complacientes. mrodriguez@cincodias.es