_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Zanahoria y palo para Grecia

Grecia necesita mejores aliados. Los políticos de la UE no han sido de ninguna ayuda. El país se enfrenta a una crisis financiera, pero los líderes de la región se han limitado a enviar señales contradictorias y tenues de que vigilan la situación muy de cerca. Es hora de diseñar una clara alternativa griega.

Hasta el momento, la UE ha tratado de apoyarse en Atenas para llegar a una propuesta creíble de reestructuración financiera. El Gobierno griego está obligado con un plan para recortar el déficit presupuestario del 13% del PIB el pasado año a menos del 3% en 2012. Pero los inversores han sido muy escépticos.

La UE también está atacando a Grecia por sus estadísticas fraudulentas, el instrumento que le ayudará a supervisar la aplicación del plan. Pero es poco realista esperar que Atenas reforme sus estadísticas o erradique la desenfrenada corrupción y la evasión de impuestos en una semana.

En lugar de declaraciones insípidas y quejas inútiles, la UE debe ser clara. Si Grecia hace lo que debe, obtendrá su ayuda. El Consejo Europeo está autorizado a proveer asistencia financiera a cualquier país miembro que se encuentre "en dificultades o (ante) acontecimientos excepcionales que escapan a su control". Grecia encajaría. Pero si los líderes europeos deciden que el plan de Grecia no es serio y creíble, deberían enviar el mensaje opuesto: el impago es una opción seria y estamos dispuestos a asumir el riesgo. Los acreedores en su mayoría también lo son de otros países europeos, lo que podría hacer daño, pero sólo un poco: la deuda griega representa menos del 3% del total de la UE.

El Gobierno griego necesita un mensaje claro: te rescataremos sólo si eres serio. La zanahoria del rescate podría no ser necesaria, si Grecia actúa con firmeza. Y si el palo se percibe como una amenaza real, podría empujar a Atenas a la acción. Palo y zanahoria para la disuasión real.

Archivado En

_
_