Juncker plantea endurecer la vigilancia económica entre los miembros del euro
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, planteará hoy a los ministros de Finanzas la necesidad de endurecer los mecanismos de vigilancia y corrección de las políticas económicas generales, no sólo presupuestarias, de los miembros del euro en caso de desviación respecto a las orientaciones comunes.
El primer ministro y ministro del Tesoro de Luxemburgo, que aspira a ser reelegido hoy como presidente del grupo, ha detallado su programa en una carta dirigida a los otros quince miembros de la zona del euro, en la que pone el énfasis en la vigilancia de las políticas económicas.
"Necesitamos una discusión franca sobre los objetivos globales de nuestra política económica y sobre las necesidades y prioridades individuales de nuestros estados miembros", afirma Juncker, que equipara este ejercicio de coordinación al que ya realiza el Eurogrupo en lo que respecta a la política presupuestaria.
Añade que, cuando las políticas de un Estado de la zona no sean consistentes con las orientaciones europeas o pongan en peligro el correcto funcionamiento de la unión económica y monetaria, "la Comisión Europea no debería dudar" en dirigir una "advertencia" al estado miembro concernido. Después de la advertencia, "el Eurogrupo debería mantener una discusión franca con dicho estado a fin de asegurar que toma medidas efectivas", propone Juncker.
El presidente aboga por que sea el grupo de países del euro el que asuma el liderazgo en el debate que se ha iniciado sobre la revisión de la estrategia económica general de la Unión Europea (UE) para la década 2010-20.
Será el Consejo Europeo, la reunión de los 27 gobernantes de la UE, el que decida los elementos de la llamada "estrategia UE2020", pero "me parece muy justificado", precisa Juncker, "que el Eurogrupo exprese su propio punto de vista con claridad, y lo presente incluso al presidente del Consejo Europeo".
En su introducción, Juncker asegura que la unión económica y monetaria "ha madurado" en esta década de existencia, pero advierte de que las nuevas modalidades de cooperación económica, a escala europea y global, "se encuentran todavía en la infancia".
Si son grandes los desafíos en el plano presupuestario tras las crisis, "todavía son mayores por lo que respecta a la política económica en general, donde tenemos que tomar decisiones que restauren la competitividad y el crecimiento potencial", advierte Juncker.
El primer ministro luxemburgués reclama de los miembros del euro "una clara indicación de su compromiso en defensa de los intereses de la zona" por encima de los nacionales. Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Eurogrupo ha adquirido reconocimiento pleno como órgano informal de coordinación entre los ministros de Finanzas de los países que han adoptado el euro (dieciséis hasta ahora).
En diciembre, aprovechando esta circunstancia, Juncker anunció su deseo de presentarse a la reelección por un mandato completo -dos años y medio-, pero, si bien no surgió ningún rival, su confirmación fue pospuesta hasta enero.
La ministra francesa, Christine Lagarde, planteó entonces la conveniencia de que el candidato fuera votado sobre la base de un programa de trabajo, a lo que Juncker ha respondido con la carta en la que expresa sus objetivos. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ha ocultado sus críticas por la supuesta falta de dinamismo del luxemburgués en la respuesta inicial a la grave crisis financiera del año pasado.
La falta de apoyo francés explica, según los observadores, que no prosperara la candidatura de Juncker a la presidencia estable del Consejo Europeo, designación que finalmente recayó en el belga Herman Van Rompuy.