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Columna
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Dieta de año nuevo para ENI

Buenas noticias para los departamentos de publicidad de los periódicos: Knight Vinke está renovando su presión para conseguir que ENI sea divida. El inversor, fiel a su estilo, publicó a toda página a principios de la semana pasada la carta enviada recientemente al grupo petrolero italiano, en la que establecía sus propuestas. Su actitud radical no es convincente. Sin embargo, cierto adelgazamiento puede ser bienvenido.

Vinke reconoce que los 74.000 millones de euros de valor bursátil de ENI se sustentan sobre un descuento descomunal de 50.000 millones. Parte del descuento parece justificado. La rentabilidad sobre capital empleado de ENI es más bajo que el de sus rivales, según Sanford Bernstein. El grupo ha sido uno de las dos grandes compañías petroleras europeas que ha recortado dividendo el pasado año.

Pero en lo que a Vinke se refiere, el verdadero problema es que los inversores están analizando la división de gas y electricidad de ENI. La empresa de inversión la valora en un máximo de 44.000 millones. Si se resta el valor del mercado de ENI, la división de exploración está cotizando a un 70% de descuento sobre los múltiplos de su rival francés, Total.

El principal remedio propuesto por Vinke es separar el gas y la electricidad de la exploración. Pero ENI argumenta convincentemente que sus credenciales en el sector del gas -incluidos los grandes contratos de suministro y el acceso directo a los clientes minoristas italianos- ayudaron a garantizar importantes operaciones como las de Rusia. El estable negocio del gas y la electricidad también compensa la volatilidad en la exploración y producción.

El segundo remedio de Vinke, más factible, es adelgazar la división de gas de ENI mediante la descarga de sus oleoductos internacionales a Snam Rete Gas, la distribuidora de gas italiana en la que ENI tiene una participación de control. ENI podría entonces separar su participación en el grupo. El Estado, que tiene el 30%, conservará una participación importante, despejando las inquietudes sobre la seguridad energética.

También podría anticiparse a una regulación más estricta. Hace tiempo, Bruselas está examinando la red internacional de oleoductos de ENI. Si el grupo se anticipa el asalto regulatorio, puede que también reduzca el descuento al que cotiza.

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