La burbuja está ahora en China
Nuño Rodrigo - 14/01/2010
Hace poco más de un mes la cadena de televisión Al-Jazzera emitía un reportaje sobre la ciudad china de Ordos, un enclave en la Mongolia interior en el que el Gobierno planificó la creación de una nueva ciudad en medio de la estepa, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Ordos. El reportaje, ampliamente rebotado vía internet, mostraba una ciudad urbanizada para acoger a un millón de habitantes y a la espera de que llegue alguno.
Más allá de los evidentes paralelismos con el ladrillo patrio, Ordos es un ejemplo de algo que numerosos analistas temen: que obcecada por la búsqueda del crecimiento China cometa los mismos errores que el mundo occidental. "La pasada década, Occidente no afrontó sus problemas de competitividad y creó una burbuja para ocultarlos ... Los bancos siempre parecen dispuestos a refinanciar líneas de crédito al promotor cuando el mercado se da la vuelta; eso evita bajadas de precios y crea una cultura especulativa que teoriza que el Gobierno nunca dejará que los precios bajen", explica Andy Xie, ex economista de Morgan Stanley ahora afincado en China.
Según Xie, el PIB de China se ha disparado gracias a las exportaciones debido a dos factores sus bajos costes y de la fiebre consumista de Occidente. Y los dos no van a estar sobre la mesa la próxima década. Sin embargo, el país entero arde en deseos de ser más y más rico, y las administraciones locales y regionales son valoradas en función del crecimiento.
Pese a que China trata de promover el consumo su porcentaje sobre el PIB desciende. El motivo, según Xie, es que el precio de la vivienda crece más rápido que las rentas de la clase media. Y, a medio plazo, eso impedirá un crecimiento más allá de las exportaciones. La preocupación para Occidente, sin embargo, deberían ser los efectos de un estallido de la burbuja inmobiliaria china. Porque, como cabe esperar, todos los pisos de la nueva Ordos se vendieron.