Financiarse antes de que sea más caro
En los diez días escasos en que los mercados financieros han estado habilitados desde que comenzó el año natural, las empresas, financieras o no, y los Estados han emitido en Europa más de 60.000 millones de euros en deuda para cubrir sus necesidades. Si 2009 fue muy activo en la emisión de bonos corporativos ante las dificultades que, por precio y escasez de liquidez, ponía la banca a las empresas, este año el recurso a la financiación con nuevas emisiones se ha extendido por temor a un endurecimiento de las condiciones en la segunda parte del año. Tener las necesidades de crédito cubiertas es fundamental tanto para las empresas como para las Administraciones públicas.
Pero los Estados deben ajustarse a un calendario establecido para velar por su credibilidad. Acudir por sorpresa a captar recursos desata la duda sobre si las necesidades comunicadas de antemano son reales o si, por el contrario, las cuentas públicas esconden partidas. El caso de Grecia, con sistemáticos engaños a Bruselas, genera un temor que pone en guardia a los proveedores de dinero y que todo administrador que quiera conservar su reputación debe evitar. Existe además el riesgo de que un recurso compulsivo al mercado acelere una subida natural de tipos por la simple presión de la demanda, algo nada recomendable para la economía.