El oro negro en 2010
A lo largo de 2009, los precios del crudo mantuvieron una tendencia alcista, ciertamente paralela a los mercados de renta variable. Alcanzaron un mínimo cercano a los 33 dólares en febrero y desde entonces, no han cesado de subir, casi un 250% (la renta variable se ha apreciado en torno al 70% desde sus mínimos de marzo). El último mes del año ha resultado especialmente inflacionista para los precios del petróleo. A mediados de diciembre, los futuros sobre el crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaban por debajo de 73 dólares por barril, mientras que los referenciados al crudo West Texas, utilizado en Estados Unidos, lo hacían casi un dólar por debajo, en el entorno de los 72 dólares.
Durante las últimas tres semanas, los precios de ambas calidades de petróleo han aumentado considerablemente, hasta cotizar en el entorno de 82 dólares el Brent y 83 el West Texas, habiendo subido este último un 15% en este periodo.
Las razones para este último aumento en los precios residen principalmente en una revisión de las estimaciones de demanda de cara a 2010, en el largo plazo, y una disminución de las reservas semanales de crudo en EE UU (motivadas en cierta media por el frío invierno que asuela el país), junto con la estabilización del dólar.
De las últimas 5 semanas, contabilizadas desde el pasado diciembre de 2009, en 4 de ellas las reservas de crudo han disminuido frente a la semana anterior, estableciendo una tendencia claramente al alza en cuanto a demanda se refiere.
A mediados de diciembre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) corregía las previsiones de demanda de crudo, aumentándolas un 1% durante el próximo 2010, fundamentadas principalmente en un aumento por parte de la demanda china, ante las previsiones de crecimiento económico del gigante asiático.
Otros países emergentes, como Brasil o India, también aumentarán sus importaciones de crudo, ante el crecimiento exponencial de sus PIB (5% el primero, 8% el segundo). Por el contrario, los países industrializados disminuirán su demanda hasta un 0,28% de media, con la salvedad de EE UU, que, ante los últimos datos de recuperación económica por encima de lo esperado (crecimiento del PIB, empleo, producción, sector inmobiliario y confianza del consumidor), también repuntará su consumo en un 1%.
Este ajuste de oferta y demanda contribuirá definitivamente a elevar los precios del oro negro. Por el contrario, las expectativas de apreciación del dólar frente a todas las divisas (especialmente frente al euro y al yen), frenarán la escalada de precios en el crudo.
Como ejemplo de la sensibilidad del petróleo ante la evolución del billete verde, a principios de diciembre, el petróleo cotizaba en el entorno de los 80 dólares por barril, con un cambio euro-dólar en el entorno de 1,51. Un repunte del dólar del 6%, hasta los 1,41, provocaba, hasta el 23 de diciembre, un descenso en el precio del crudo cercano al 10%, hasta los 72 dólares.
El cambio euro-dólar evolucionará hacia el entorno de 1,20 a lo largo de 2010, frente al 1,43 actual. Sin duda, este hecho tendrá un impacto el las cotizaciones del crudo, que, en cierta medida, contrarrestará el ajuste al alza de la demanda.
Posiblemente, a lo largo de 2010, el crudo aumente lentamente hasta situarse en el entorno de los 90 dólares, pudiendo acercarse puntualmente al nivel psicológico de los 100 dólares por barril, entorno que suscita cierto consenso de sensibilidades, en el que tanto productores como demandantes podrían sentirse cómodos.
Por otro lado, las tensiones geopolíticas pueden influir puntualmente en repuntes en la cotización. Las tensiones entre Rusia y Bielorrusia han contribuido a las alzas en los preciso del crudo.
Las disputas entre Estados Unidos con Irán o Venezuela, podrían del mismo modo afectar a los precios del petróleo durante cierto intervalo de tiempo.
Escenario muy poco probable es ver el crudo en 147 dólares, como ocurrió durante el verano de 2008, cuando se formó una burbuja especulativa que no tardó en estallar.
Creemos que el entorno de tímida recuperación, junto al alza del dólar, disuadirá a inversores y especuladores, que sí podrán tomar posiciones en compañías petroleras.
De hecho, recientemente Deutsche Bank subía sus estimaciones sobre el sectorial de petroleras.
Daniel Pingarrón Salazar. Analista de IG Markets