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Tribuna
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El año de las pymes

Si uno ya ha dejado de fumar, tiene un nivel de inglés satisfactorio y sabe cómo mantener su peso, tiene que innovar en sus deseos para el nuevo año. Y si el que se despide es 2009, la mayoría tendrán que ver con la economía real. Como profesionales del área económico-financiera sabemos que la clave está en las pequeñas y medianas empresas, en su capacidad de seguir creando nuevas oportunidades. Por eso les dedicamos nuestros deseos para 2010:

-Que tengan un proyecto estratégico de futuro. Las empresas necesitan saber cómo enfocarán su futuro o qué nuevos productos presentarán. ¿Qué nuevos mercados abrirán? ¿Qué procedimientos utilizarán para mejorar su productividad? La innovación es la única salida. Ya nadie puede seguir creyendo que reducir gastos y esperar sea una receta válida.

-Que sepan lo que les cuesta llevar a cabo su proyecto estratégico. Las ideas que nos bullen en la cabeza deben pasarse al papel y convertirse en cifras que nos permitan saber si nuestros proyectos son viables, o quizá tengamos que meditar sobre el proyecto y sus costes. Cuando tomemos la decisión hay que saber lo que nos va a costar y lo que podemos perder si nos equivocamos.

-Que una vez sepamos cuánto cuesta el proyecto seamos capaces de ilusionar a los inversores necesarios y a las entidades financieras si lo ven viable, saben de nuestra buena gestión, creen que les permitirá obtener beneficios y les damos las suficientes garantías de cobro.

-Que sepan controlar el desarrollo de su proyecto. De nada servirá el esfuerzo de planificación si durante la ejecución perdemos el control. Nuestro plan estratégico convertido en presupuesto requiere de un seguimiento mensual detallado donde la comparación con la realidad nos permita saber si vamos bien o debemos corregir algo. Y necesitamos saberlo a tiempo para tomar decisiones rápidas y acertadas.

-Que mantengan la ilusión y perseveren. No todo son números en la vida. Es imposible defender un proyecto ante un inversor, un cliente o un socio si no nos brillan los ojos, si no creemos firmemente en lo que conseguiremos con nuestro esfuerzo, conocimiento del producto y del mercado. Todo ello seguido de cerca por un control de gestión que nos guiará y corregirá nuestro camino; y una enorme dosis de perseverancia, esa habilidad olvidada que necesitamos recuperar y que Miguel de Unamuno resumía con la frase "El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura".

Argelia García. Cofundadora de External Financial Management

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