Las constructoras portuguesas buscan negocio en el AVE español
Las mayores constructoras portuguesas están demandando reciprocidad a España en el negocio de la alta velocidad ferroviaria. Del mismo modo que ACS o FCC participan en los concursos en territorio luso, el Gobierno de José Sócrates pretende que firmas como Mota-Engil o Soares da Costa sean aceptadas en consorcios españoles en próximas licitaciones relacionadas con el AVE.
El tramo de AVE que va de Olmedo (Valladolid) a Orense, pasando por Zamora, está llamado a ser el primero de España en construirse bajo el modelo de colaboración público-privada. Pero también apunta a que será el que dé entrada en este país a un puñado de empresas lusas especializadas en obra civil y gestión de infraestructuras.
Distintas fuentes aseguran que el Gobierno portugués de José Sócrates y el español de Rodríguez Zapatero han llegado a tratar el asunto de forma informal, ante el cierre de facto del mercado español a las constructoras extranjeras. Lo habrían hecho, según comentan, a la vista de la notable concurrencia de firmas españolas, como ACS, FCC, Ferrovial y Sacyr, en los millonarios concursos del plan portugués de alta velocidad.
El interés de grandes constructoras, como Mota-Engil y Soares da Costa, o posiblemente de la concesionaria Brisa, coincide con la llamada de Fomento para inyectar capital privado al desarrollo del AVE.
El Gobierno valora abrir al capital privado el tramo de Olmedo a Orense
En España sólo un tramo de alta velocidad, el que va de Figueras a Perpiñán, cruzando la frontera francesa, ha sido otorgado a la iniciativa privada (al consorcio formado por ACS y Eiffage). Sin embargo, el Consejo de Ministros aprobó a primeros de diciembre encomendar a la entidad pública Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) la construcción del citado tramo Olmedo-Orense.
Enmarcado en la línea Madrid-Galicia, había comenzado a construirse con cargo a los presupuestos de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT). Tras la decisión del Gobierno, será Adif quien se encargue de continuar las obras con fondos propios o acudiendo a la colaboración privada. "La encomienda a Adif facilita la entrada de capital privado, aunque aún se está diseñando el modelo de colaboración entre empresas y Administración", citan fuentes cercanas al proceso. Al parecer falta por definir qué parte de la obra se concesiona, aunque ha trascendido que la intención de Fomento y Adif es entregar a un consorcio la construcción y operación de la superestructura (electrificación, señalización y telecomunicaciones).
España es el trampolín para el resto de Europa y EE UU
"El interés portugués por España va más allá de diversificar la fuente de ingresos en plena crisis", asegura un directivo luso del sector y añade que "pasa por ganar referencias de cara a desarrollos ferroviarios en Europa y Estados Unidos".La mayor concesionaria del país, Brisa, explica que "sus proyectos, al margen de las autopistas, se circunscriben al terreno local y no se ha tomado una decisión para cambiar esa norma". Sin embargo, no se cierra a entrar en el área ferroviaria en España después de haberse adjudicado junto a ACS el primer tramo de alta velocidad en Portugal.En cuanto a la mayor constructora, Mota-Engil (facturó 1.868 millones en 2008), elude hacer comentarios. La firma tiene un pie en España a través de su participación en la firma de obra ferroviaria Hifer, y en la gallega de obra civil Crespo.
La cifra
3.375 millones se han puesto en juego en los dos primeros concursos del AVE portugués. ACS ha ganado el primero y FCC es favorita en el segundo.