La moda de las 'commodities'
Las materias primas son una opción atractiva, pero tras las subidas hay que andar con cautela.
Las materias primas, con el petróleo a la cabeza, han estado de moda y siguen en pleno auge en el sector de la inversión. Gurús como el norteamericano Jim Rogers las defiende con vehemencia y no tiene la menor duda de que estamos instalados en un gran ciclo alcista. Algunos reputados gestores europeos de fondos como Carmignac han cimentado parte importante de ese prestigio en su apuesta por los emergentes y las materias primas en la última década.
El gráfico central muestra la revalorización en dólares en los últimos diez años del precio de contado del petróleo, de índices de materias primas como el Reuters CRB o de índices Lipper que representan la rentabilidad obtenida por término medio por fondos que invierten en acciones del sector de recursos naturales o directamente en materias primas. Los datos son contundentes y muestran plusvalías holgadamente superiores al 200% para el precio del petróleo o para los fondos que invierten en acciones de este sector. El precio del petróleo Brent, por ejemplo, ha pasado de poco más de 20 dólares por barril a primeros de la década hasta los 140 dólares en julio del 2008 y los algo más de 80 dólares actuales. Las rentabilidades en euros son algo más bajas por la fortaleza de la divisa europea en el periodo pero siguen siendo muy destacadas. Cuando se comparan con los índices de Bolsa o de deuda más representativos se hace más evidente si cabe lo provechosa que ha salido la apuesta por las materias primas.
El argumento principal en su defensa es manido pero sencillo y desde luego la sencillez es una de las características más destacadas a su favor. Este viene a decir algo así como que el fuerte desarrollo industrial de las economías emergentes, con China a la cabeza, es imparable y su insaciable necesidad de materias primas esta poniendo una enorme presión en el lado de la oferta. La oferta, tras años en el pasado de insuficientes inversiones como consecuencia de los bajos precios, es incapaz de hacer frente a dicho incremento de la demanda. La brutal corrección de las materias primas y del petróleo en particular, que le llevó a una caída del 75% entre el verano y finales de diciembre del 2008 ante el temor que una depresión económica global cercenara radicalmente la demanda, habría sido sólo un movimiento de corto plazo. Según esta visión la tendencia de largo plazo de apreciación permanecería intacta y seguiría siendo una apuesta ganadora.
La fuerza de esta corriente es tal que en las asignación de activos estratégica de numerosos inversores institucionales se ha incluido en los últimos años el activo materias primas como tal junto a acciones, deuda pública, bonos corporativos o liquidez. La justificación no sólo sería su comportamiento positivo sino sus propiedades de diversificación de las carteras ya que teóricamente muestran cierta independencia de otros activos como acciones y bonos por lo que pueden ayudar a compensar el mal comportamiento de estos durante determinados periodos.
Sin embargo y como están apuntando algunos analistas (pocos) podría ser conveniente ser prudentes antes de subirnos al carro de las materias primas en estos momentos. Yo les lanzo algunos argumentos (también sencillos) que en mi opinión justifican dicha prudencia. La subida del precio del petróleo ha precedido a todas las recesiones desde la segunda guerra mundial excepto en una ocasión, pero tras la salida de las mismas también es habitual una corrección de las mismas. La recesión anterior del año 2002 sería una de las pocas excepciones donde las materias primas continuaron con su escalada de precios.
Otro argumento importante es la dinámica de la oferta versus la demanda y los inventarios. Precisamente los bajos niveles de inversión ante los precios bajos se podría revertir ahora para razonar que los altos precios de la última década ha disparado los niveles de inversión y la producción potencial. Así, como apuntan desde la consultora británica Longview Economics sus estimaciones conservadoras señalan un crecimiento de la oferta del 10% al 12% en los próximos siete años. Ello se traduciría en 10 millones más de barriles por día que más que compensan el aumento de cinco millones en China, el mayor contribuidor al crecimiento de la demanda global (¿crecerá la economía china al 8-10% anual en los próximos siete años sin un traspiés por el camino?). Además el nivel de inventarios actualmente está claramente por encima de la media histórica así como el exceso de capacidad de la OPEP.
Por último, el incremento del desarrollo de las energías alternativas no sólo ha recibido un fuerte empujón de la administración Obama, como sabemos muy bien aquí gracias al beneficio que ha supuesto para algunas de nuestras compañías líderes en el sector, pero sino también en la propia China.
Juan Manuel Vicente . Director de análisis de Lipper
Vías de inversión
La exposición al comportamiento de las materias primas se puede hacer a través de fondos de inversión.
Como vemos en el gráfico, los fondos que invierten en acciones de este sector proporcionan cierta exposición a las mismas (comparado con el índice Reuters CRB) pero también se ven afectadas por los propios y violentos movimientos de las bolsas.
La inversión a través de fondos de materias primas directos se encuentra con uno de los problemas que tienen los futuros en los que invierten, el contango, es decir, la situación en la que el precio del futuro de la materia prima es superior al de contado.