Fitch pide a España un política fiscal más creible para que no peligre el 'rating'
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings advierte de que España, Reino Unido y Francia, países que cuentan con la máxima nota crediticia ('AAA'), deben articular una política fiscal "más creíbles" en 2010 debido al ritmo del deterioro y evitar evitar presiones sobre sus calificaciones de deuda.
Los grandes países calificados como 'AAA' que cuentan con mayor flexibilidad financiera han mostrado este año una "impresionante" capacidad para absorber la expansión de sus balances, aunque la capacidad para financiar grandes déficit presupuestarios durante un periodo prolongado sin sufrir estrés financiero no es una condición suficiente en sí misma para conservar el estatus 'AAA', como se demostró con Japón en los 90.
A este respecto, Fitch apunta que aunque las calificaciones actuales ya incorporan un sustancial incremento del endeudamiento público, todos los países con máxima nota crediticia necesitan poner en marcha planes de consolidación más fuertes y más creíbles en el transcurso de 2010 para apuntalar la confianza en la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo, así como su compromiso con una inflación baja y estable.
"En particular, Reino Unido, España y Francia deben articular programas más creíbles de consolidación fiscal el año próximo dado el ritmo de deterioro fiscal y los desafíos presupuestarios a los que se enfrentan para estabilizar la deuda pública", señala la agencia, que advierte de que de no poner en marcha dichos planes "aumentará notablemente la presión sobre sus notas".
España no registrará crecimiento del PIB hasta finales de 2010
Por otro lado, la calificadora de riesgos augura que la economía española sufrirá este año una contracción del 3,7%, mientras que para 2010 el retroceso del PIB será de seis décimas y en 2011 registrará una expansión del 1,2%. De hecho, los pronósticos de Fitch no prevén crecimientos intertrimestrales de la actividad hasta el último trimestre de 2010, cuando el PIB crecerá un 0,2%.
Asimismo, la agencia prevé que la tasa de desempleo en España se sitúe en el 18,4% al cierre de 2009, mientras que el año que viene alcanzará el 20% y bajará ligeramente en 2011, hasta el 17,4%. Respecto a los precios, Fitch augura una caída de una décima de la inflación este año y una subida del 0,8% en 2010 y del 0,5% en 2011.
Mejora la previsión para las principales economías
Respecto al conjunto de la economía, Fitch Ratings destaca que los últimos datos confirman que la recuperación global comenzó a mediados de 2009 gracias a las medidas de estímulo, la reducción de inventarios y el repunte del comercio mundial, lo que ha permitido revisar al alza el pronóstico de crecimiento para las principales economías mundiales hasta el 1,6% en 2010, frente al 1,2% previsto el pasado mes de enero, que se acelerará al 2,1% en 2011.
"A pesar de la revisión al alza de las previsiones de crecimiento para 2010, la agencia todavía pronostica que el ritmo de expansión será modesto, según los estándares históricos de las recuperaciones, ya que las condiciones del mercado laboral siguen siendo débiles y el desapalancamiento sigue pesando sobre la demanda del sector privado en las economías industrializadas", señala la calificadora de riesgos en su informe 'Perspectivas Económicas Globales'.
De este modo, las previsiones de Fitch apuntan a una contracción del 4% del PIB de la zona euro este año, para crecer un 1% en 2010 y un 1,9% en 2011, mientras que para EEUU espera un retroceso del 2,5% en 2009 y un crecimiento del 2,4% y del 2,7% respectivamente en los dos siguientes años.
Asimismo, la calificadora de riesgos prevé que tanto EEUU como la zona euro mantengan sin cambios sus actuales políticas monetarias durante todo 2010, lo que mantendría los tipos de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo (BCE) en sus mínimos históricos del 0,25% y del 1%, respectivamente. Así, a partir de 2011 los dos grandes bancos centrales comenzarían a endurecer moderadamente su posición, lo que elevaría los tipos en EEUU hasta el 0,75% en EEUU, mientras que el BCE elevaría la tasa rectora hasta el 1,50%.