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Tradicional portada de fin de año

Bernanke, hombre del año para la revista Time

"Un hombre calvo con una barba gris que se sienta en una gran oficina de Washington y habla de economía". Es la descripción menos atractiva que la revista Time hace del que considera el personaje del año, "el más poderoso empollón del planeta". Se trata de Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal.

Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal
Ben Bernanke, presidente de la Reserva FederalEfe

La revista Time lleva desde el año 1927 cerrando el año con un número en el que elige a la persona más influyente de cada ejercicio. Los Samaritanos, Bill y Melinda Gates además de Bono fueron los elegidos en 2005, Rudy Giuliani, alcalde de Nueva York fue la portada de 2001, el año pasado la ocupó Barack Obama. Este año el protagonista es Bernanke porque como aseguran los editores de Time, "ha estado luchando por lo que ha importado más este año". Es decir, la economía.

Desde la revista se asegura que las cosas habrían sido muy diferentes si no hubiera hecho lo que hizo desde la Fed y en una entrevista, que publican en páginas interiores, el máximo responsable de la autoridad monetaria afirma que se ha estado muy cerca de una Gran Depresión. Bernanke, sabe de lo que habla, como académico de la Universidad Princeton es una de las autoridades mundiales en el estudio de ese periodo que desoló económicamente a EE UU en los años treinta.

"Bernanke no solo aprendió de la historia, la ha escrito y no quería repetirla. Bernanke hizo lo opuesto a lo que hizo la Fed en los treinta", explica el director de la revista Richard Stengel. Para este periodista, es evidente que la historia no solo está compuesta por lo que pasó sino por lo que no pasó máxime en un año como en el que la recesión económica ha sido el asunto protagonista.

La elección de Bernanke por la revista Time coincide con el proceso para su confirmación al frente de la Reserva para un segundo mandato. Curiosamente, aunque para la revista esté claro, tanto el papel de Bernanke como el de la Fed están en cuestión en Washington y eso pone a la autoridad monetaria en una encrucijada histórica.

Por un lado, en el Congreso se han oído fuertes críticas al papel de Bernanke durante su periodo anterior a la presidencia, cuando era miembro de la Fed bajo la presidencia de Alan Greenspan. La opinión generalizada ahora, a la vista de esta crisis, es que el banco central no ejerció la labor de supervisión de la banca y se formó bajo su mirada la burbuja inmobiliaria que está en el centro de esta crisis.

Como presidente de la Fed, en el Congreso hay intensas dudas sobre el papel que el presidente de la autoridad monetaria jugó en el caso de la caída de Lehman Brothers, el colapso contenido en AIG, las ayudas a Bank of America y las grandes sumas de dinero que está poniendo en circulación para evitar el colapso de los mercados secundarios y por tanto del crédito. Los historiadores especializados en economía consideran que Bernanke ha hecho todo lo que ha podido, estirando dentro de la legalidad su poder, para detener el paso de la recesión a otra realidad económica peor.

Es algo que también le ha creado muchos enemigos, sobre todo en el terreno más libertario de la política, es decir entre los que creen que el Estado no debe ser tan poderoso. Ron Paul, un legislador republicano que lleva años intentando auditar a la Fed y que un organismo de intervención del Congreso opine sobre la pertinencia de las decisiones sobre política monetaria, ha encontrado ahora un terreno fértil en ambos partidos para sacar adelante una propuesta en este sentido. La cámara de Representantes ya la ha votado y el Senado tiene que decidir sobre ella. Bernanke está a la defensiva explicando que la iniciativa de Paul acabará con la independencia de la autoridad monetaria.

Pese a esta tensión, se espera que mañana jueves el comité del Senado que examina su candidatura le revalide en el cargo y que luego se pronuncie en el mismo sentido el pleno de la cámara Alta.

Aunque en una encuesta popular el nombre de Bernanke no estaba entre los primeros, los editores de Time han ejercido su derecho a disentir. El presidente de la Reserva ha competido por la portada con el general Stanley McChrystal, los trabajadores chinos, la líder de los demócratas en la cámara de Representantes, Nancy Pelosi y el corredor, Usain Bolt.

Entre las personas que "han tenido importancia", Time ha seleccionado a Neda Agha-Soltan, la mujer cuya muerte en las manifestaciones en Irán sobrecogío al mundo, Glenn Beck, el provocador conservador más famoso de la cadena Fox, Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sachs y Rahm Emanuel, el poderoso jefe de gabinete de Barack Obama. En esta larga y heterogénea lista en la que hay desde celebridades televisivas hasta el presidente del Gobierno se encuentra Sarah Palin, candidata a la vicepresidencia por el partido republicano, "los chicos de Twitter", los protagonistas de la serie Twilight y el gran timador, Bernard Madoff.

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